El rodaje de Weapons, la nueva cinta de terror psicológico dirigida por Zach Cregger, ha dejado una huella inusual en sus protagonistas. Josh Brolin y Julia Garner, quienes interpretan a personajes enfrentados en pantalla, forjaron una conexión tan sólida fuera del set que ambos la comparan con una relación casi fraternal.
Según reveló Brolin durante el estreno en Los Ángeles, inicialmente se mostró escéptico ante los elogios mutuos que amigos en común les habían compartido. "Me puse nervioso porque pensé: ¿y si no hay química?", confesó el actor. Sin embargo, esos temores se disiparon rápidamente. "Fue algo instantáneo, como esos vínculos que trascienden lo racional", añadió.
La película, producida por Warner Bros. y New Line Cinema, sigue a Justine Gandy (Garner), una maestra cuya vida se desmorona cuando 17 de sus alumnos desaparecen misteriosamente a la misma hora. Brolin da vida a Archer Graff, un padre desesperado que la sospecha de estar involucrada. Las escenas entre ambos son eléctricas, cargadas de tensión, pero detrás de cámaras reinaba un ambiente completamente distinto. "Pasábamos horas juntos, algo que rara vez ocurre en este tipo de proyectos", destacó el intérprete de Avengers.

Garner, conocida por su papel en Ozark y próximamente como Silver Surfer en Los 4 Fantásticos, coincidió en que la experiencia fue excepcional. "Trabajar con Josh fue increíble. Es un actor presente, generoso, y como persona es todavía mejor", afirmó.
Cregger, por su parte, no escatimó elogios hacia su elenco. "Son actores dramáticos con un talento innato para la comedia, lo que les permite navegar el tono único de la cinta", explicó el director, quien también destacó la calidad del reparto, que incluye nombres como Alden Ehrenreich, Benedict Wong y Amy Madigan.
El filme, que llega a los cines el 8 de agosto, promete mezclar terror y thriller psicológico con un trasfondo emocional que, según Ehrenreich, "explora la experiencia humana más allá del entretenimiento superficial". Las primeras reacciones apuntan a que Weapons podría consolidarse como uno de los estrenos más impactantes del año.
Entre escenas de alto voltaje y momentos de complicidad entre tomas, Brolin y Garner demostraron que, a veces, las relaciones más intensas en el cine nacen de las conexiones más auténticas fuera de él.
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