Kim Jong Un transforma zona de pruebas de misiles en destino turístico.

En medio del resurgimiento del turismo internacional tras la pandemia, destinos como España y Japón han experimentado un auge sin precedentes en la llegada de visitantes extranjeros, alcanzando récords históricos. Sin embargo, un nuevo jugador en la industria turística ha llamado la atención: Corea del Norte.

A pesar de la complejidad de su situación política, Corea del Norte ha decidido incursionar en el turismo internacional con un ambicioso proyecto en la ciudad de Wonsan. Esta localidad, ubicada en la provincia de Gangwon-do y bañada por el Mar del Japón, pretende convertirse en una gran ciudad turística siguiendo el ejemplo de la reconocida Costa Blanca en España.

El proyecto, conocido como Wonsan Gorma, ha enfrentado numerosos desafíos y retrasos a lo largo de los años. Kim Jong-un, líder norcoreano, ha expresado su deseo de inaugurar este enclave turístico en mayo de 2025, luego de varios contratiempos debido a la escasez de suministros, las sanciones internacionales y la pandemia.

A pesar de los contratiempos, imágenes de satélite muestran un complejo turístico en proceso de construcción, con edificaciones, calles pavimentadas y otros servicios. Se estima que Wonsan Kalmar Beach Resort ocupará alrededor de 245 hectáreas y contará con 5,5 km de playas, así como miles de plazas hoteleras para recibir a unos 100.000 visitantes.

Además, se ha comparado el interés de Kim Jong-un por Wonsan con el afecto que Donald Trump tiene por Mar-a-Lago en Florida, revelando la importancia que este lugar tiene para el líder norcoreano. A pesar de la controvertida actividad de pruebas de misiles en la región, las autoridades locales apuestan por el desarrollo del turismo como una fuente de divisas.

El proyecto turístico de Wonsan Kalama ha sido apodado como el «Benidorm de Corea del Norte», en referencia a la famosa ciudad turística española. Este enfoque forma parte de una estrategia más amplia de Pyongyang para atraer turistas internacionales, particularmente de países como China y Rusia.

Con la reapertura de fronteras y un renovado interés en el turismo, Corea del Norte busca diversificar su oferta y atraer a un público más amplio. A pesar de los desafíos y la incertidumbre, el país se muestra decidido a convertirse en un destino turístico emergente en la región.