Kodai Senga, estrella de Mets, se lesiona en su debut por problema en la pantorrilla.

El lanzador estelar Kodai Senga de los Mets ve su debut en la temporada interrumpido por una lesión en la pantorrilla

La temporada debut de Kodai Senga iba tan bien como los Mets de Nueva York podrían haber esperado el viernes por la noche: el lanzador derecho acumulaba nueve ponches en cinco entradas contra los Bravos de Atlanta, y los Mets mantenían una ventaja de seis carreras en lo que sería una victoria por 8-4 para tomar el primer puesto en la carrera por el comodín de la Liga Nacional.

Luego Austin Riley conectó un sencillo elevado por el infield y Senga cayó al suelo, retorciéndose de dolor, antes de que la pelota aterrizara en el guante del inicialista Pete Alonso. Senga terminó en el suelo, agarrándose la pantorrilla izquierda. Un entrenador atlético corrió para verificar su condición. Senga se levantó y cojeó fuera del campo entre la ovación de una audiencia agradecida y preocupada.

Minutos después, los Mets anunciaron que Senga había salido del juego debido a una distensión en la pantorrilla izquierda. Senga, que no habló con los reporteros después del juego, está programado para someterse a una resonancia magnética el sábado. El manager Carlos Mendoza dijo que le informaron que no era una lesión de Aquiles, pero insinuó que Senga podría perderse un período prolongado.

Durante cinco entradas, no había nada de qué preocuparse. La lesión en el hombro que había enviado a Senga a la lista de lesionados al inicio de la temporada era un recuerdo lejano. Los problemas mecánicos que el cauteloso Senga citaba como la razón de su período de recuperación más largo de lo esperado no existían.

Su único bache surgió en la segunda entrada cuando permitió un sencillo al primer bateador Travis d’Arnaud. Dos bateadores más tarde, Adam Duvall conectó un jonrón de dos carreras para darle a Atlanta una ventaja de 2-0.

Los Mets, siguiendo su forma reciente, respondieron con tres jonrones en una entrada de siete carreras en la tercera, sacando del juego a Charlie Morton antes de que pudiera registrar nueve outs.

Senga no permitió otro hit en sus 5⅓ entradas. Dio un boleto a pesar de los nueve ponches. Su bola rápida de cuatro costuras promediaba 95.8 mph y alcanzaba las 98 mph. Provocó 12 swings fallidos, cinco con su característico lanzamiento de splitter. Lanzó 73 lanzamientos, seis menos que en su cuarta y última apertura de rehabilitación el viernes pasado.

«Era el mismo tipo que vi el año pasado», dijo el receptor de los Mets Francisco Álvarez. «Era imparable».

Ese tipo del año pasado tuvo una efectividad de 2.98 en 29 aperturas para terminar en segundo lugar en la votación por el Novato del Año de la Liga Nacional, haciendo una transición sin problemas a los Estados Unidos después de 11 temporadas profesionales como estrella en la Liga Profesional de Béisbol de Japón.

La decisión de los Mets de intercambiar a Max Scherzer y Justin Verlander como parte de una racha de intercambios el verano pasado, y la decisión de la directiva de no adquirir un abridor de primera línea durante el invierno, elevó a Senga a as de facto al entrar en los entrenamientos de primavera. Pero Senga fue descartado con una distensión en la cápsula posterior derecha menos de una semana después de comenzar los entrenamientos.

Entre la dominación de Senga y la erupción ofensiva en la tercera entrada, el Citi Field estaba eléctrico. Eso cambió con el sencillo elevado de Riley. En cuestión de segundos, el regreso de Senga, un gran impulso para la rotación del club en su empuje hacia los playoffs, se había agriado. Por ahora, los Mets volverán a la vida sin él. Abandonarán sus planes para una rotación de seis hombres y seguirán con cinco. Adquirir un abridor antes del plazo de intercambio del martes no está fuera de la posibilidad.

Hace dos meses, la idea de que los Mets añadieran piezas para un impulso hacia los playoffs era risible. Pero el viernes arrebataron el puesto de comodín de la Liga Nacional a los Bravos, que tenían una ventaja de 10 juegos en la clasificación el 29 de mayo, el día en que el relevista Jorge López lanzó su guante a la multitud durante una derrota por 10-3 ante los Dodgers de Los Ángeles. Los Mets convocaron a una reunión solo de jugadores después de la derrota. López fue designado para asignación al día siguiente.

Desde entonces, los Mets tienen un récord de 33-16, el mejor de las Grandes Ligas. Lo han hecho todo, a excepción de 5⅓ entradas el viernes, sin Senga. Lo más probable es que vuelvan a estar sin él. La pregunta es por cuánto tiempo.