Redacción - El Semanal
Las relaciones diplomáticas entre Países Bajos y China están atravesando un periodo de tensión marcado por decisiones significativas en el ámbito del comercio internacional. La Ministra holandesa de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo, Reinette Klever, recientemente anunció que su gobierno ejercerá un control estricto sobre la exportación de equipos utilizados en la fabricación de semiconductores, especialmente aquellos fabricados por la renombrada empresa ASML.
Esta determinación ha implicado que Estados Unidos se retire de intervenir en las relaciones comerciales entre China y Países Bajos. Sin embargo, lejos de disminuir, las tensiones entre los dos países se han intensificado en las últimas semanas. El gobierno holandés ha expresado su intención de implementar nuevos controles de exportación para dos máquinas de litografía de ASML que aún están siendo enviadas a China, alineándose con la estrategia estadounidense.
La medida adoptada por el gobierno holandés implica un control más estricto sobre la exportación de equipos clave, como los modelos 1970i y 1980i fabricados por ASML. La empresa se ha visto inhibida en la venta de sus equipos de litografía más avanzados a clientes chinos, desde las máquinas de ultravioleta extremo (EUV) hasta el TwinScan NXT:1980Di de ultravioleta profundo (UVP), siendo esta una restricción vigente desde hace más de un año.
Adicionalmente, se ha confirmado que ASML deberá solicitar licencias para prestar servicios de mantenimiento, suministrar repuestos o proporcionar actualizaciones de software a las máquinas exportadas a China. A pesar de que este proceso parece ser un formalismo, las probabilidades de que dichas licencias sean otorgadas son escasas, lo que podría representar un duro golpe para la industria tecnológica china y sus fabricantes de semiconductores.
El impacto de estas nuevas restricciones impuestas por Países Bajos podría afectar considerablemente a los fabricantes chinos de semiconductores, considerando que ASML ha sido un proveedor clave en el mercado desde hace décadas. Específicamente, la instalación de más de 1.000 unidades de equipos en China desde 1988, con una cantidad considerable de ellas posiblemente siendo las más avanzadas, es una señal clara de las complicaciones que enfrentarán los fabricantes de chips chinos a corto plazo.
En este contexto, China ha expresado su descontento ante la decisión del gobierno holandés, lo que podría generar una respuesta estratégica por parte del gobierno de Xi Jinping en los próximos días. La incertidumbre reina en el ámbito de las relaciones comerciales y tecnológicas entre los dos países, dejando en evidencia el delicado equilibrio que se juega en este entorno altamente competitivo y estratégico a nivel mundial.
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