La estrella de los Milwaukee Bucks, Damian Lillard, se perderá el inicio de los playoffs de la NBA debido a un coágulo sanguíneo en la pantorrilla derecha, según fuentes consultadas. El base, pieza clave en las aspiraciones del equipo, ha estado apartado de las canchas desde el 18 de marzo, generando incertidumbre en el seno de la franquicia y entre sus aficionados.
Los médicos que siguen de cerca la evolución de Lillard indican que, si bien la situación sigue requiriendo vigilancia, el coágulo ha mostrado una reducción significativa. No obstante, aún no se ha autorizado al jugador para que retome las actividades de baloncesto a pleno rendimiento, priorizando su salud y recuperación integral. La directiva de los Bucks ha reiterado que la prioridad absoluta es el bienestar del jugador, siguiendo estrictos protocolos médicos para garantizar un retorno seguro a las pistas.
El equipo de Milwaukee, que afronta su primer encuentro de la serie de playoffs contra los Indiana Pacers este sábado, anunció esta semana un progreso notable en la condición de Lillard, permitiéndole incrementar gradualmente su actividad física en la cancha. Jon Horst, el director general de los Bucks, emitió un comunicado en el que se destacaba la mejora observada y la importancia de continuar con las medidas preventivas. Este optimismo, sin embargo, se ve atenuado por la incertidumbre sobre la fecha exacta de su regreso.

La lesión de Lillard, de 34 años, se hizo pública el mes pasado, coincidiendo con el inicio de un tratamiento con anticoagulantes para estabilizar el coágulo. En aquel momento, Horst ya advirtió que el proceso de recuperación sería gradual y que la seguridad del jugador sería la principal consideración. El club se ha comprometido a proporcionar todo el apoyo necesario a Lillard durante este período, ajustándose a los criterios médicos establecidos.
El técnico de los Bucks, Doc Rivers, se había mostrado optimista sobre la posibilidad de contar con Lillard en algún momento de los playoffs, aunque también reconoció la necesidad de preparar al equipo para afrontar la serie sin su jugador franquicia. Rivers subrayó la importancia de adaptarse a diferentes escenarios y de trabajar para asegurar un rendimiento competitivo, independientemente de la disponibilidad de Lillard.
Antes de su lesión, Lillard promediaba 24.9 puntos y 7.1 asistencias por partido, demostrando su valía como uno de los mejores bases de la liga. Los Bucks lograron un balance de 10 victorias y 4 derrotas en los 14 partidos disputados sin él, cerrando la temporada regular con una racha de ocho victorias consecutivas.
Por otro lado, el equipo espera contar con Jericho Sims, un jugador que podría aportar solidez al juego interior, para la postemporada, después de que el pívot superara una lesión en el pulgar de la mano derecha. Su inclusión representaría una opción adicional para Doc Rivers, reforzando la rotación de jugadores y aumentando las opciones tácticas del equipo. La situación de Lillard continua siendo evaluada y la franquicia de Wisconsin ha emitido un mensaje de tranquilidad y énfasis en la profesionalidad con la que están llevando todo el proceso.

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