Los emperadores chinos disfrutaban de lujosos banquetes en la Ciudad Prohibida.

La historia detrás de la Ciudad Perdida de Beijing revela secretos culinarios intrigantes que han sido envueltos en mitos y leyendas a lo largo de los siglos. Zhao Rongguang, un historiador gastronómico de China, ha dedicado décadas a desentrañar los misterios de la comida imperial que una vez se sirvió en este enclave.

Zhao ha investigado a fondo la evolución de la cocina en la Ciudad Prohibida, centrándose en tres figuras históricas clave: los emperadores Kangxi, Qianlong y la emperatriz viuda Cixi. Cada uno de ellos dejó su huella culinaria en la historia del país asiático, influenciando los hábitos alimenticios reales a lo largo de los años.

Durante el reinado del emperador Kangxi, se dice que platos inusuales como testículos de tigre y crestas de gallo formaban parte de la dieta real, estimulando la libido y reflejando una época de exotismo culinario en la Ciudad Prohibida. Por otro lado, el emperador Qianlong introdujo una diversidad gastronómica mayor, fusionando platos manchúes y chinos en la mesa imperial.

La emperatriz viuda Cixi, conocida por su opulencia, presidió una época de banquetes ceremoniales que combinaban las tradiciones culinarias manchú y han. Aunque la leyenda de los banquetes extravagantes con cientos de platos persiste, los historiadores han demostrado que la realidad era más modesta, con alrededor de 28 platos en promedio.

Surge la curiosa anécdota de cómo el mito del banquete manchú-han se propagó a Japón, convirtiéndose en una tendencia culinaria popular. A pesar de la inexistencia real de esta festividad, el atractivo de la historia alimentó la imaginación y el interés por la gastronomía imperial china.

En medio de esta investigación culinaria, Zhao Rongguang encontró su motivación en preservar el patrimonio cultural y contribuir a una mayor comprensión de la seguridad alimentaria. Su trabajo arduo promete revelar aún más secretos culinarios de una cultura rica y misteriosa que ha cautivado a occidentales y orientales por igual.