Una manifestación en la Ciudad de México bloqueó los accesos al Congreso el martes en protesta por propuestas que harían que los jueces fueran elegidos en elecciones.
Diversos grupos, entre ellos empleados de tribunales, estudiantes y críticos, corearon consignas y colocaron cuerdas en los accesos a la Cámara Baja del Congreso.
Muchos empleados, incluidos los de la Corte Suprema, han iniciado huelgas para protestar contra las reformas constitucionales propuestas por el partido Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador, que según ellos politizarían y desprofesionalizarían el sistema judicial.
Bajo el sistema actual, los jueces y los secretarios judiciales, que actúan como asistentes de los jueces, ascienden lentamente en base a su historial. Pero bajo los cambios propuestos, cualquier abogado con calificaciones mínimas podría postularse, y algunas candidaturas se decidirían sacando nombres de un sombrero.
El gobierno afirma que los tribunales están corruptos, mientras que los críticos dicen que es un intento de poder por parte del presidente y un golpe a la independencia judicial.
El partido gobernante Morena tiene la mayoría de dos tercios en el Congreso necesaria para aprobar las reformas. El líder del partido en el Congreso, el diputado Ricardo Monreal, dijo que la votación se llevaría a cabo, pero tal vez no en el edificio oficial del Congreso.
Monreal afirmó que no hay planes de abandonar las reformas, y que los legisladores podrían ser convocados a sesionar en un hotel o centro de convenciones más alejado del centro de la ciudad.
«Esta reforma seguirá adelante,» dijo Monreal en una declaración grabada. Pidió a los legisladores que no intenten ingresar por la fuerza a la sede del Congreso, diciendo «no queremos provocar incidentes.»
Uno de los manifestantes, Javier Reyes, un trabajador federal de la corte de 37 años, se comprometió a permanecer en el Congreso el tiempo que sea necesario.
«El partido con la mayoría podría tomar el control del poder judicial, y eso prácticamente significaría el fin de la democracia,» dijo Reyes.
Los tribunales de México han sido durante mucho tiempo afectados por la corrupción y la opacidad, pero en los últimos 15 años han sido objeto de reformas para hacerlos más abiertos y responsables, incluido el cambio de muchos juicios a puerta cerrada y basados en papel por un formato de argumentación oral más abierto.
Voces tanto en el país como en el extranjero señalan que los nuevos cambios podrían significar un retroceso en el esfuerzo por limpiar los tribunales. Sin embargo, los cambios también incluyen un límite de tiempo para que los jueces dictaminen en muchos casos para combatir la tendencia de que algunos juicios se alarguen durante décadas.
López Obrador dijo la semana pasada que ha puesto en «pausa» las relaciones con las embajadas de Estados Unidos y Canadá después de que ambos países expresaran preocupaciones sobre la reforma judicial propuesta.
Analistas, jueces y observadores internacionales temen que se llenen los tribunales de jueces políticamente sesgados y con poca experiencia. La planeada reforma ha provocado grandes protestas y huelgas, además de críticas generalizadas por parte de inversores e instituciones financieras.
La semana pasada, el embajador estadounidense Ken Salazar calificó la propuesta como un «riesgo» para la democracia que pondría en peligro la relación comercial de México con Estados Unidos. López Obrador criticó al embajador, diciendo que violó la soberanía mexicana.
Después de que Morena y sus aliados obtuvieran mayorías abrumadoras en las elecciones del 2 de junio, López Obrador se comprometió a impulsar otras reformas constitucionales que eliminarían la mayoría de las agencias independientes de regulación y supervisión.
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