Redacción - El Semanal
Los tonos terrosos y el minimalismo reinan en las nuevas colecciones de verano
La moda veraniega ha comenzado a desplegar sus propuestas más audaces, y esta temporada los diseñadores han optado por un giro hacia lo orgánico. Los colores terrosos —arenas, ocres y verdes musgo— dominan las pasarelas, combinados con siluetas fluidas que evocan elegancia sin esfuerzo. El mensaje es claro: menos es más.
Según expertos del sector, la tendencia refleja un deseo colectivo de reconectar con lo natural, influenciado por la creciente conciencia medioambiental. Marcas europeas y asiáticas han presentado colecciones donde predominan tejidos sostenibles, como el lino y el algodón reciclado, junto a cortes amplios que priorizan la comodidad sin sacrificar el estilo.
En paralelo, el calzado se alinea con esta filosofía. Las sandalias planas de correas trenzadas y los mocasines en tonos neutros se perfilan como los imprescindibles de la temporada. "El calzado ya no es un accesorio, sino una extensión de la prenda", explica un reconocido estilista radicado en Madrid.
El resurgir de lo artesanal
Detrás de este movimiento hay un resurgimiento de las técnicas artesanales. Bordados a mano y tejidos de punto irregular aparecen en blusas y vestidos, añadiendo texturas que rompen con la uniformidad industrial. Pequeñas casas de diseño en España están liderando esta corriente, fusionando tradición local con un lenguaje contemporáneo.
Para quienes buscan incorporar estas tendencias, los expertos recomiendan piezas versátiles: un vestido midi beige con manga balloon o pantalones palazzo en lino. "La clave está en invertir en prendas atemporales que puedan trasladarse de día a noche con solo cambiar los complementos", señala una consultora de moda.
Mientras algunas firmas apuestan por colores brillantes para destacar, el grueso de las propuestas se decanta por paletas sutiles, reforzando la idea de que el verano 2024 será un homenaje a la quietud y la autenticidad.
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