La actriz infantil Cora Sue Collins, figura emblemática de la época dorada de Hollywood durante las décadas de 1930 y 1940, y colaboradora en las películas de leyendas como Greta Garbo, Claudette Colbert, Bette Davis, Irene Dunne y Merle Oberon, ha fallecido a los 98 años de edad. Su carrera, aunque breve, dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica americana.
El deceso tuvo lugar este domingo en su domicilio de Beverly Hills, como confirmó su hija, Susie Krieser, a medios de comunicación especializados. Collins interpretó versiones jóvenes de actrices de renombre en producciones tan diversas como Torch Singer (1933) junto a Colbert, The Strange Case of Clara Deane (1932) y Keep ‘Em Rolling (1934) con Frances Dee, Caravan (1934) con Loretta Young, The Dark Angel (1935) protagonizada por Oberon, y Blood and Sand (1941) con Lynn Bari.
La versatilidad de Collins se manifestó en su capacidad para adaptarse a los roles requeridos, algo que ella misma atribuía a una particularidad que le señalaban en los sets de rodaje. “Debo tener la cara más común del mundo”, comentaba en una entrevista reciente. “Solía interpretar a las actrices más famosas de los años 30 cuando era niña, o a sus hijas. Me maquillaban para parecerme a todo el mundo”.

Su trayectoria en Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) fue particularmente prolífica, incluyendo su participación como hija de los personajes interpretados por William Powell y Myrna Loy en Evelyn Prentice (1934), su aclamada representación de Amy Lawrence en The Adventures of Tom Sawyer (1938) y su aparición en la versión original de Magnificent Obsession (1935), donde coincidió con su admirado Robert Taylor. También formó parte del reparto de All This, and Heaven Too (1940), interpretando a una de las estudiantes en la academia americana dirigida por el personaje de Bette Davis.
Un momento singular en su carrera fue su selección personal por la propia Greta Garbo para interpretar a su versión juvenil en Queen Christina (1933). Esta conexión se extendió a Anna Karenina (1935), y resultó en una amistad duradera, con Garbo invitándola regularmente a su lujoso camerino en los estudios MGM para compartir té.
Collins también compartió anécdotas sobre la camaradería que existía entre los jóvenes actores de la época, mencionando su relación con Pat O’Brien, con quien mantenía un vínculo de “tío y sobrina”, sus sesiones de patinaje con Cesar Romero y el cuidado que Lana Turner brindaba en ciertas ocasiones. Después de participar en aproximadamente cuatro docenas de películas entre 1932 y 1945, optó por dejar la actuación.
Nacida el 19 de abril de 1927 en Beckley, Virginia Occidental, Collins se trasladó a Los Ángeles a los cuatro años, acompañando a su madre y a su hermana mayor. Un encuentro casual durante la inscripción de su hermana en la escuela la propulsó hacia el mundo del cine. "Recuerdo que un coche se detuvo y una mujer preguntó si a mi madre le gustaría que yo actuara en una película. Así comenzó todo", relataba Collins en entrevistas posteriores.
Su debut se produjo en 1932 con el papel de Pudge en la comedia The Unexpected Father, donde, según la crítica, "robó el protagonismo con solo cuatro años". Este temprano éxito le abrió las puertas de una serie de participaciones en producciones importantes.
A medida que crecía, Collins continuó demostrando su adaptabilidad, incorporando personajes más complejos como el de Sylvia Sidney en Jennie Gerhardt (1933). Su talento y presencia le valieron un contrato con MGM en 1934, por el que percibía 250 dólares semanales, equivalentes a cerca de 6.000 dólares actuales.
A pesar de su exitosa carrera, Collins se retiró de los escenarios en 1945 a la temprana edad de 18 años. "Quería disfrutar del lujo del anonimato”, explicaba, convencida de que la exposición temprana a la fama podía tener consecuencias negativas en el desarrollo de un niño.
Tras su retirada, Collins se dedicó a la vida familiar, contrajo matrimonio en tres ocasiones y crió a sus hijos en un ambiente alejado del brillo de Hollywood. Su legado, sin embargo, permanece intacto como testimonio de una época dorada del cine y de una joven actriz que dejó una marca imborrable en la memoria de aquellos que la vieron crecer en la pantalla grande.
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