La serie de primera ronda entre los New York Knicks y los Detroit Pistons ha ofrecido momentos de intensa batalla en la cancha. En un giro inesperado para los aficionados neoyorquinos, los Pistons lograron forzar un sexto partido al imponerse por 106-103 en el Madison Square Garden el pasado martes. Esta victoria no solo evitó el final de la serie para Detroit, colocándose 3-2 en contra, sino que también marca un punto de inflexión en la dinámica de la eliminatoria.
Uno de los aspectos más comentados del encuentro fue la ausencia de Jalen Brunson, la estrella de los Knicks, en momentos cruciales del cuarto periodo. Conocido por su capacidad resolutiva en los finales apretados –siendo el jugador con el promedio de anotación más alto en el último cuarto de playoffs desde 1996-97, con más de 13 puntos por partido–, Brunson se vio relegado al banquillo durante los instantes decisivos. Esta situación se produjo después de que el jugador pareciera resentirse del tobillo derecho, una dolencia que lo ha acompañado desde su regreso de una lesión a finales de la temporada regular.
La decisión del entrenador de los Knicks, Tom Thibodeau, de no reintroducir a Brunson y a otro titular, Josh Hart, quien también tuvo que abandonar la cancha tras una caída, fue objeto de debate. Ambos jugadores estaban listos para reingresar con menos de dos minutos restantes y una desventaja de seis puntos (101-95). Sin embargo, con solo un tiempo muerto disponible y sin faltas por cometer para enviar a Detroit a la línea, Thibodeau optó por no detener el reloj, lo que llevó a que los segundos finales se consumieran con Brunson y Hart en la banda.

Aunque Brunson reconoció la dificultad de la situación, expresó su fe en sus compañeros. Por su parte, Thibodeau justificó su elección como una «decisión del entrenador» basada en múltiples factores, como el tiempo, el marcador y la situación de faltas.
La derrota supuso para los Knicks no poder cerrar una serie en casa por primera vez desde las Finales de la Conferencia Este en 1999, cuando derrotaron a los Indiana Pacers. Sin embargo, no todo fueron los percances físicos y las decisiones técnicas. Los Detroit Pistons contaron con una destacada actuación del joven alero Ausar Thompson.
Thompson, quien ha demostrado ser el mejor defensor de Detroit sobre Brunson pero a menudo ha mostrado inconsistencia ofensiva y problemas de faltas, tuvo una noche excepcional. Con 22 puntos en 29 minutos, con solo 10 lanzamientos, Thompson fue crucial. Su compostura permitió al entrenador de los Pistons, J.B. Bickerstaff, mantenerlo en la cancha en lugar de Dennis Schroder, un jugador de menor estatura, para defender a Brunson en el tramo final.
Este marcaje asfixiante de Thompson se tradujo en la peor actuación de Brunson en la serie, con solo 16 puntos y un 6 de 16 en tiros de campo. Por primera vez, el jugador All-NBA no tuvo un cuarto periodo explosivo. Bickerstaff no dudó en elogiar la labor defensiva de Thompson como clave para el resultado. Brunson mismo reconoció la calidad de Thompson como defensor y la necesidad de encontrar una estrategia para contrarrestar su impacto.
Además del desempeño de Thompson, Cade Cunningham fue fundamental para Detroit. El base estrella terminó con 24 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias, destacando su contribución en la segunda mitad, especialmente con 13 puntos en el último cuarto.
El final del partido fue tenso. Con una desventaja de 103-97, Mikal Bridges y OG Anunoby anotaron triples casi consecutivos para acercar a los Knicks a un punto. Sin embargo, a pesar de un intento de Brunson por desviar el balón en el saque de banda posterior, Detroit recuperó la posesión y Cunningham sentenció el encuentro con dos tiros libres. Los Knicks agotaron sus opciones cuando Miles McBride, tras ser intencionadamente fouled para impedir un triple que empatase el choque, falló su primer tiro libre, y el reloj expiró mientras intentaban capturar el rebote del segundo lanzamiento fallido.

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