La sala de prensa de los San Antonio Spurs, habitualmente testigo de la parquedad controlada de Gregg Popovich, se vistió de una emoción palpable el pasado lunes. Una emoción contenida, pero que se deslizó en cada palabra de Peter J. Holt, socio gerencial de la franquicia, al presentar a Mitch Johnson como el nuevo entrenador principal. El relevo, largamente anticipado pero no por ello menos significativo, marca el inicio de una nueva era para uno de los equipos más laureados de la NBA. La figura que durante casi tres décadas ha definido la identidad de los Spurs, Popovich, hace un paso al costado desde el banquillo, aunque no se desvinculará de la organización, manteniendo su rol como presidente.
Popovich, quien ha guiado a los Spurs a cinco campeonatos de la NBA y ostenta el récord de victorias como entrenador en la liga, apareció públicamente por primera vez desde que sufriera un derrame cerebral hace seis meses. Visiblemente más tranquilo y con un tono de voz más sosegado, explicó que, si bien su recuperación avanza favorablemente, el momento exige un cambio en la dirección técnica para afrontar los desafíos futuros. «Las cosas mejoran día a día, pero no lo suficiente para lo que planeamos. Es hora de hacer este cambio», declaró Popovich, sentado junto a leyendas del club como Tim Duncan y Manu Ginóbili. La decisión de ceder el testigo a Johnson, quien ya ejerció como entrenador interino durante los 77 encuentros finales de la pasada temporada tras el incidente de salud de Popovich, fue oficialmente anunciada el viernes anterior.
La transición se percibió cargada de simbolismo. Al presentar a Johnson, Popovich se quitó la chaqueta, mostrando una camiseta con la inscripción «El Jefe», frase en español que, según explicó, será su nuevo apelativo. Esa imagen encapsula un cambio generacional, un reconocimiento tácito a la evolución del rol. Johnson, visiblemente emocionado, expresó su humildad y honor por la oportunidad de liderar la franquicia, destacando que, si bien no puede emular a Popovich, sí aspira a replicar su enfoque en la inversión y el cuidado de las relaciones interpersonales dentro del equipo, lo que él considera la clave del éxito de su mentor.

A pesar del cambio en el banquillo, la estructura de liderazgo de los Spurs, con R.C. Buford como डायरेक्टर ejecutivo y Brian Wright como gerente general, se mantiene intacta. Popovich subrayó que los valores fundamentales de la organización permanecerán invariables. La filosofía de hacer las cosas correctamente, la apuesta por la continuidad y la tradición de acoger siempre de vuelta a los exjugadores seguirán siendo pilares. Johnson afirmó que «el tema del libro no cambia», asegurando la permanencia de estos principios que han definido a los Spurs a lo largo de las décadas.
La aparición de Popovich, aunque sorpresiva para muchos, fue un gesto de gratitud hacia todos aquellos que le enviaron mensajes de apoyo durante su convalecencia, incluyendo a los profesionales que lo asistieron en su rehabilitación, algunos presentes en la conferencia. No dejó pasar la oportunidad para bromear con Duncan y Ginóbili sobre su presencia constante en sus sesiones de recuperación. El ‘Jefe saliente’ también quiso reconocer el papel de todos los miembros de la organización, desde el personal de oficinas hasta los encargados de la limpieza. Este enfoque inclusivo, que valora la contribución de cada individuo, es una característica distintiva del legado de Popovich.
La nueva era en San Antonio, bajo la batuta de Mitch Johnson, se inicia con la promesa de mantener la esencia de una franquicia que ha marcado una época en el baloncesto. La presencia continua de Popovich en un rol ejecutivo asegura una transición guiada por la experiencia y la sabiduría acumulada durante años de éxitos. La atención estará puesta ahora en cómo Johnson, heredero de una rica tradición, imprimirá su propio estilo sin abandonar los cimientos que han hecho de los Spurs una organización modelo.

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