Ralph Lauren presentó su colección de otoño 2025 en un evento celebrado en Manhattan, marcando un cambio con respecto a sus presentaciones nocturnas habituales. La elección del nuevo espacio insignia de Jack Shainman Gallery en TriBeCa, un entorno diáfano y luminoso, fue deliberada para realzar las sutiles juxtaposiciones presentes en la nueva línea. Un amplio abanico de personalidades del mundo del espectáculo y la cultura, incluyendo a Anne Hathaway, Michelle Williams y Ariana DeBose, asistieron al desfile, consolidando una vez más el estatus de la firma como un referente en el panorama de la moda internacional.
El núcleo de la colección, la 104ª línea femenina de Ralph Lauren, se centró en una expresión lujosa de la estética de la marca. La inspiración, definida por el diseñador como “Romances Modernos”, se tradujo en una exploración de la dualidad entre lo masculino y lo femenino, conjugando elementos robustos con detalles refinados y una marcada atención a la artesanía y el legado de la casa. Lauren enfatizó la importancia de crear prendas que empoderen a la mujer, ofreciéndole libertad para expresarse a través de la vestimenta, sin ataduras a convenciones rígidas.
La propuesta comenzó con un marcado guiño a la estética eduardiana, con camisas blancas ornamentadas y chaquetas de cuero envejecido, combinadas con pantalones de corte amplio, una silueta clave de la temporada, y botas de cuero. Este contraste entre la delicadeza y la fuerza se mantuvo a lo largo de toda la colección, evolucionando hacia una estética gótica más intensa en la segunda parte del desfile. La superposición de volantes, chaquetas de cuero y abrigos de montar definieron un nuevo código de sofisticación urbana.

El meticuloso trabajo artesanal fue un elemento distintivo de la colección. Técnicas manuales fueron empleadas para lograr un efecto “vivido” y vintage en numerosas prendas. Chaquetas de cuero con tratamiento degradado, blazers de pana con motivos paisley aireados y faldas maxi plisadas demostraron el compromiso de la marca con la exclusividad y la singularidad. Cada pieza, según el diseñador, busca evocar la sensación de un tesoro encontrado, un objeto con historia y personalidad propia.
Ralph Lauren destacó la importancia de los desfiles como una herramienta narrativa, capaz de dar vida a cada colección y transportar al espectador a un universo imaginario. Presentar una colección no es, para él, simplemente mostrar ropa, sino contar una historia a través de la puesta en escena y la cuidada selección de los diseños. En este sentido, la escenografía del desfile jugó un papel crucial en la transmisión del mensaje de la colección, invitando a la reflexión sobre la identidad femenina y la libertad de expresión.
La colección no se limitó a proponer siluetas y tejidos innovadores, sino que también incorporó detalles sensuales y sofisticados, como bustiers de cuero con corte láser, vestidos de encaje con inspiración victoriana y vestidos largos de corte moderno, evocando la elegancia de las estrellas de Hollywood. La atención al detalle se extendió a los accesorios, complementando a la perfección las prendas y realzando la estética general de la colección, demostrando el dominio de la firma en la creación de un universo estilístico cohesivo y distintivo.
De cara al futuro, Ralph Lauren se mostró optimista y anticipó interesantes novedades para 2025, basándose en el éxito cosechado durante el año anterior, que incluyó la organización de eventos de gran impacto y la colaboración en eventos deportivos de renombre. La presentación de esta nueva colección, en definitiva, consolida a Ralph Lauren como un referente indiscutible de la moda americana, capaz de reinventarse continuamente sin perder de vista sus raíces y su compromiso con la calidad, la artesanía y la elegancia atemporal.

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