El candidato demócrata Ruben Gallego está obteniendo un apoyo inusual en su campaña para el Senado de Arizona, proveniente de un sector inesperado: los republicanos. En un intento por ampliar su base de apoyo, Gallego ha logrado captar la atención de algunos miembros prominentes del Partido Republicano en el estado, incluido el exgobernador Jan Brewer y el exalcalde de Phoenix, Phil Gordon.
Esta inusual alianza bipartidista ha generado sorpresa entre los analistas políticos, ya que Gallego es conocido por ser un ferviente defensor de la agenda progresista. Sin embargo, el candidato ha logrado destacar su historial de trabajo en temas como la seguridad fronteriza, la economía local y la educación, lo que ha resonado positivamente entre algunos republicanos moderados.
Por su parte, la candidata republicana Kari Lake ha criticado abiertamente la táctica de Gallego de buscar apoyo cruzado, argumentando que va en contra de los principios fundamentales de cada partido. Lake ha destacado su enfoque conservador en asuntos como la inmigración y la Segunda Enmienda, señalando que no está dispuesta a comprometer sus convicciones en busca de votantes de otros partidos.

A pesar de las críticas, Ruben Gallego ha mantenido su postura en cuanto a la importancia de llegar a un amplio espectro de votantes para representar verdaderamente a todos los habitantes de Arizona. Su campaña se ha centrado en un mensaje de unidad y colaboración, destacando la necesidad de dejar de lado las diferencias partidistas en favor del bienestar común.
Con las elecciones cada vez más cerca, la competencia entre Gallego y Lake se intensifica, y la inesperada alianza de Gallego con republicanos podría ser un factor determinante en el resultado final. Los votantes en Arizona tendrán que sopesar no solo las posturas políticas de los candidatos, sino también la capacidad de trabajar a través de líneas partidistas para lograr un cambio positivo en el estado.

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