Un nuevo proyecto de viviendas para personas sin hogar que viven en las calles y terminan con frecuencia en salas de emergencias está a punto de abrir sus puertas en Toronto este mes, respaldado por una de las redes hospitalarias más grandes de Canadá.
La Red de Salud de la Universidad se ha asociado con Fred Victor, una organización sin fines de lucro dedicada a la vivienda, para brindar 51 hogares permanentes con apoyo social y de salud a las personas sin hogar que más utilizan sus hospitales. La esperanza es que el proyecto alivie las presiones sobre los hospitales al mismo tiempo que brinde atención estable a individuos vulnerables. El Dr. Andrew Boozary, director ejecutivo del Centro Gattuso de Medicina Social en la Red de Salud de la Universidad, mencionó en una entrevista: «Lo que estamos intentando construir es un continuo de atención desde el hospital donde las personas pueden ser dados de alta a un entorno seguro y estable que es su hogar. El tratamiento para la crisis de la falta de vivienda es la vivienda y, más allá de la vivienda, es necesario contar con estos apoyos de salud y sociales en su lugar».
El proyecto, llamado Dunn House, abrirá oficialmente este jueves, con residentes que se espera se muden en las próximas semanas y meses. La Universidad de la Red de Salud ha destinado todos los 51 apartamentos del edificio para aquellos que utilizan frecuentemente sus hospitales y estaban dispuestos a mudarse allí. Estas viviendas están diseñadas para ayudar a personas sin hogar con necesidades médicas y sociales complejas.
Toronto, al igual que muchas comunidades grandes y pequeñas en todo el país, se enfrenta a un aumento en la falta de vivienda, impulsado en parte por el alto costo de vida, los problemas de salud mental y la crisis de adicción a los opioides. Los refugios de la ciudad están llenos, con alrededor de 12,000 personas. También hay varias cientos de personas viviendo en las calles, en parques o en campamentos en toda Toronto.
El edificio estará atendido las 24 horas del día, incluyendo por aquellos con una amplia experiencia en el tratamiento de traumas arraigados. Habrá también un amplio espacio comunitario para que los residentes lo utilicen según sus deseos.
Boozary y su equipo han analizado durante mucho tiempo el número de visitas y el tiempo pasado en salas de emergencias y camas de hospitalización por parte de las personas sin hogar. Los datos despertaron en él una idea: el hospital debe involucrarse en la provisión de viviendas. En la Red de Salud de la Universidad, 100 pacientes sin dirección fija representaron 4,309 visitas a servicios de emergencia durante el último año, lo que equivale a cerca del 3% de todas las visitas a sala de emergencias.
La falta de vivienda a largo plazo es perjudicial para la salud. La esperanza de vida disminuye a la mitad con la falta de vivienda crónica. Las tasas de cáncer y enfermedades crónicas también son significativamente más altas para aquellos sin hogar en comparación con la población general. Este proyecto de viviendas también debería ayudar al hospital a liberar camas utilizadas por los llamados «voladores frecuentes».
Se reconoce que 51 nuevos hogares no resolverán la crisis de la falta de vivienda, pero se espera que el proyecto se convierta en un modelo para que otras instituciones lo imiten. La esperanza es que esto pueda proporcionar una especie de guía para que otras jurisdicciones o asociaciones entre todos los niveles de gobierno, entre hospitales y la comunidad, intenten avanzar en soluciones concretas para las personas.
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