Competencia por cerrar brechas financieras para frenar riesgos climáticos a nivel mundial.

La urgencia de cerrar las brechas de financiamiento global para el clima

En un contexto donde los riesgos climáticos escalan y los impactos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes, la necesidad de aumentar significativamente la financiación climática internacional se vuelve apremiante. Según expertos, es fundamental contar con un acceso ampliado a financiamiento asequible y predecible a gran escala para impulsar acciones críticas que reduzcan los riesgos climáticos y fomenten un crecimiento económico sostenible.

En los próximos meses, eventos clave como las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI, junto con la COP29, representan oportunidades críticas para impulsar la financiación climática, establecer nuevos objetivos globales para su entrega y generar impulso para los compromisos necesarios. En este escenario, el programa de Economía y Desarrollo Global de Brookings Institution recibió a Simon Stiell en un evento virtual para discutir cómo enfrentar el desafío global de la financiación climática.

Según Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en la última década se ha logrado un progreso real en la inversión en acciones climáticas a nivel mundial, con más de un billón de dólares invertidos el año pasado, en comparación con algunos cientos de miles de millones hace una década. Sin embargo, a pesar de este avance, todavía estamos lejos de donde deberíamos estar.

Brahima Coulibaly, vicepresidente de Economía Global y Desarrollo, advirtió sobre los efectos devastadores que el aumento de las temperaturas globales tendrá en los próximos años, manifestándose en eventos climáticos más extremos, la degradación de los océanos y otros ecosistemas, y la inestabilidad en el acceso a alimentos y agua potable.

Amar Bhattacharya, investigador principal, señaló que el mundo está rezagado en el progreso hacia el Acuerdo de París, debido a la falta de inversión en una economía baja en carbono, la resiliencia climática y el capital natural, especialmente en los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Vera Songwe, investigadora principal no residente, resaltó la relación intrínseca entre el crecimiento y el clima, subrayando la necesidad de una transformación climática que genere oportunidades y abra nuevos sectores. Advirtió que apostar por energías contaminantes solo puede llevar a un desastre.

En un momento crítico donde las crisis climáticas se intensifican, es imperativo que la financiación climática internacional crezca, se intensifique y se amplíe para responder a este desafío. Los bancos de desarrollo multilaterales jugarán un papel clave en esta transición, y es fundamental que se asegure que los países en desarrollo tengan los fondos y el espacio fiscal necesarios para la acción climática y la inversión.

En las próximas semanas, en la antesala de la COP29, se hace necesario que la financiación pública sea el núcleo del nuevo objetivo financiero, con un enfoque en otorgar la mayor cantidad posible de financiamiento en forma de subvenciones o concesiones y hacer que sea más accesible para aquellos que más lo necesitan. Además, es crucial hacer que el dinero destinado al clima tenga un impacto real y, siempre que sea posible, aprovechar más financiamiento privado y enviar señales a los mercados financieros de que lo verde es donde está la ganancia.

En este contexto, es fundamental acordar quién paga y cuánto, asegurarse de que se cumplan los fondos prometidos, acelerar la financiación para la adaptación y hacer que los mercados internacionales de carbono benefician a todos. Se requiere financiar una nueva generación de planes nacionales para el clima y proteger los avances logrados en la COP28, convirtiendo los compromisos del Consenso de Emiratos Árabes Unidos en resultados reales en la economía real.

En momentos de fractura profunda entre naciones, es fundamental elegir el camino del cambio y la acción climática audaz, reconociendo que una financiación climática más sólida y amplia es del interés de todas las naciones y puede ofrecer beneficios en todos los ámbitos. La única vía para que todas las naciones sobrevivan y prosperen radica en enfocarse en soluciones concretas que garanticen los enormes beneficios de una acción climática más audaz al alcance de todos.

El financiamiento para el clima se vuelve cada vez más crucial en un mundo donde los desafíos climáticos se intensifican. Es tarea de todos los actores internacionales redoblar los esfuerzos y comprometerse con acciones concretas que nos encaminen hacia un futuro más sostenible y resiliente frente a los embates del cambio climático.