Reincidente Alkacek detenido por usar licencia falsa logra evadir la justicia.

El joven hacker español José Luis Huertas, conocido como Alcasec, ha vuelto a estar en el ojo público esta semana tras ser arrestado por la policía de Madrid por conducir a alta velocidad un lujoso BMW valuado en 128.000 euros. Este arresto reveló una nueva faceta de las actividades del joven, ya que al solicitar su licencia de conducir, las autoridades descubrieron que poseía una tarjeta falsa emitida por la misma agencia.

Se especula que Alcasec habría distribuido varias tarjetas falsas a amigos cercanos, incluido un joven llamado Nicholas, durante uno de sus ciberataques a la Dirección General de Tráfico (DGT), aunque esta acusación aún está sujeta a investigaciones y juicios en curso. A pesar de que la DGT determinó que la tarjeta falsa no era oficial, sorprendentemente aún no la ha retirado y simplemente ha añadido un archivo con «Notas de eventos negativos» para alertar a los agentes de su posible ilegalidad al revisarla.

La DGT ha declarado que están siguiendo los procedimientos legales correspondientes y que no pueden cancelar la tarjeta falsa mientras esperan una decisión judicial basada en un informe del Consejo de Estado. Esta situación ha permitido que Alcasec y otras personas con permisos de conducción fraudulentos circulen impunemente por las carreteras de España, ya que su caso se encuentra estancado en la burocracia judicial.

Este nuevo incidente con Alcasec añade un capítulo más a su controvertida historia, que incluye su detención previa por ciberataques y posesión de información privada de ciudadanos españoles. A pesar de su intento de dar un giro a su vida con la intención de emprender una empresa de ciberseguridad, sigue involucrado en actividades delictivas que lo mantienen en la mira de las autoridades.

La historia de Alcasec, el hacker joven y polémico, continúa evolucionando con giros inesperados que mantienen su nombre en titulares y su reputación en entredicho. A medida que se desarrollen los acontecimientos, la opinión pública seguirá atenta a los nuevos capítulos de este intrigante caso que combina la tecnología, la delincuencia y la burocracia judicial.