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Ortega explora el poder y la decadencia en su nueva radiografía cinematográfica.

La capital española vibra con la celebración de los Premios Platino, el evento cinematográfico iberoamericano más destacado del año. La gala, que tendrá lugar este domingo, honrará a la icónica Eva Longoria con un premio honorífico, consolidando su trayectoria y relevancia en la industria del entretenimiento.

Madrid se ha convertido en el epicentro de la cinematografía de América Latina, España y Portugal. Cineastas de renombre y actores aspirantes han confluido en la ciudad para participar en la duodécima edición de los premios, donde figuras como Fernanda Torres, nominada por su aclamada actuación en I’m Still Here, y Úrsula Corberó, reconocida por su papel en Kill the Jockey, compiten por los galardones más prestigiosos.

Junto a ellas, destacan otras nominaciones, como la del actor brasileño Gabriel Leone por su interpretación en la serie de Netflix Senna, que ha logrado un considerable impacto global, y la del aclamado director español Pedro Almodóvar por su incursión en el cine en inglés con The Room Next Door, presentada previamente en el Festival de Venecia.

En el marco de la celebración, The Hollywood Reporter tuvo la oportunidad de conversar con Luis Ortega, director argentino nominado por Kill the Jockey, quien compartió sus reflexiones sobre la política, el panorama cinematográfico actual y sus futuros proyectos.

Ortega, con franqueza, expresó su reticencia a viajar, especialmente a Estados Unidos. "No me gusta viajar", admitió, revelando que la actual administración estadounidense y sus políticas no resultan atractivas. Hizo referencia a la burocracia aeroportuaria y a las dificultades que enfrenta debido a su nombre, que asocia erróneamente con actividades ilícitas.

El director continuó su análisis, señalando que la situación política y económica en su país, Argentina, presenta similitudes con la estadounidense, aunque con un menor acceso a recursos financieros. A pesar de no haber sido seleccionada para los premios de la Academia, Kill the Jockey ha cosechado elogios de la crítica y ha representado a Argentina en la contienda por el premio a la mejor película internacional en los Oscares.

Ortega describió la experiencia de participar en festivales de cine como un ritual agotador, marcado por la necesidad de socializar y comprometerse en eventos promocionales. Reconoció, sin embargo, la importancia de interactuar con el público después de las proyecciones, aunque sugirió que el formato de los festivales podría optimizarse para priorizar la esencia creativa del cine.

El éxito de Kill the Jockey ha facilitado, aunque no simplificado, la búsqueda de financiamiento para su próximo proyecto. Ortega describió el proceso de obtener inversión como una tarea tediosa, que implica negociar con personas con capital económico. No obstante, reiteró su apertura a diversas fuentes de financiamiento, siempre y cuando le permitan llevar a cabo su visión creativa.

Su nueva película, titulada Magnetized, narra la historia de un sacerdote con adicción al crack que, bajo los efectos de la droga, pronuncia discursos apasionados y se enamora de una actriz. La trama, según Ortega, no busca romantizar el consumo de drogas, sino explorar la dualidad de la condición humana y la influencia de las experiencias alteradas en la fe religiosa. El sacerdote se ve, eventualmente, atraído a trabajar en las minas del norte de Argentina, donde descubre un valioso tesoro.

Ortega se encuentra actualmente ultimando el guion de Magnetized y anticipa que será una producción comercialmente viable, a pesar de su temática compleja.

El director también abordó la problemática de la visibilidad del cine en español a nivel global. Manifestó su escepticismo sobre el interés del público internacional en consumir contenido en otros idiomas, señalando la resistencia a leer subtítulos como una barrera significativa. Cuestionó la falta de receptividad hacia las producciones cinematográficas de habla hispana, a pesar de su valor artístico y cultural.

Ortega ejemplificó esta problemática con la práctica común en España de recurrir a un único doblador para interpretar a actores extranjeros, como Pacino, durante décadas, creando una desconexión entre la imagen y la voz original.

En contraste, Hugo Bonemer, el actor brasileño conocido por su aclamada interpretación de Ayrton Senna en la serie de Netflix, se mostró más optimista. Destacó la importancia del reconocimiento y la valoración del trabajo artístico, expresando su deseo de ser apreciado y visto. Bonemer, nominado al premio al mejor actor de reparto en los Premios Platino, elogió la producción de Netflix como un hito para el cine brasileño y una oportunidad para mostrar el talento y la cultura de su país al mundo. Subrayó la ambición y el despliegue de recursos de la serie, revelando su asombro ante el uso de drones y otras tecnologías de vanguardia en el rodaje.

La noche del domingo promete ser una celebración del talento iberoamericano y un escaparate para las nuevas propuestas cinematográficas de la región. El futuro del cine en español se debate entre el escepticismo y la esperanza, mientras cineastas y actores continúan trabajando para romper barreras y conquistar al público internacional.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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