En un giro inesperado que ha redefinido la narrativa de esta serie de segunda ronda de la Conferencia Oeste, los Oklahoma City Thunder, la plantilla más joven de la NBA, demostraron una madurez impropia de su edad al imponerse a los Denver Nuggets, un equipo curtido en mil batallas y con un historial reciente de éxito en postemporada. La victoria por 92-87 en el cuarto partido ha igualado la contienda, desatando una expectación palpable de cara a los próximos encuentros.
El encuentro, disputado tras un breve descanso después de un agotador tiempo extra en el partido anterior, comenzó con un ritmo ofensivo titubeante por parte de ambos conjuntos. El primer cuarto apenas sumó 25 puntos entre los dos equipos, un reflejo del cansancio acumulado y, quizás, de la tensión del momento. Al descanso, los Thunder mantenían una leve ventaja de 42-36. Shai Gilgeous-Alexander, figura clave para Oklahoma City, aportó nueve de sus 25 puntos totales en el último cuarto, liderando la remontada de su equipo cuando se encontraban al borde de un déficit de 3-1.
La clave de la reacción de los Thunder en el tramo decisivo residió en la aportación de su banquillo. Con el marcador adverso por ocho puntos al inicio del cuarto período, una racha de 11-0, impulsada por los triples de los reservas Cason Wallace y Aaron Wiggins, permitió a Oklahoma City tomar el control del partido. El segundo triple de Wallace situó a los Thunder por delante de forma definitiva (75-73). Esta inyección de energía desde el banquillo fue fundamental, especialmente en un partido donde la efectividad en los lanzamientos de tres puntos fue notablemente baja para ambos contendientes.

Según fuentes próximas a la organización, este partido registró el porcentaje combinado de tiros de campo más bajo en un encuentro de playoffs desde 2004, con un escuálido 33.5%. Un dato que subraya la dificultad ofensiva que experimentaron ambos equipos, pero que también realza la capacidad de los Thunder para encontrar la manera de sumar en los momentos cruciales.
Los Nuggets, por su parte, tuvieron la oportunidad de alejar a los Thunder al colocarse 73-66 tras una canasta de Aaron Gordon. Sin embargo, a diferencia de sus anteriores encuentros, donde han demostrado una gran capacidad para cerrar partidos ajustados, en esta ocasión fueron víctimas de sus propios errores en los minutos finales, incluyendo una violación de posesión de cinco segundos en un saque de banda clave. Esta serie de fallos en el clutch time –los momentos decisivos del partido– marcó un contraste significativo con los encuentros previos donde los Nuggets habían dominado esta faceta del juego.
El entrenador de los Thunder, Mark Daigneault, destacó el esfuerzo intencionado de su equipo para utilizar la profundidad de la plantilla y mantener a todos los jugadores involucrados, especialmente tras el rápido cambio de horario. A pesar de la inexperiencia en postemporada de su joven plantel, Daigneault señaló que su equipo está ganando la experiencia necesaria "golpe a golpe". La capacidad de recuperarse tras la derrota previa y plantar cara a un rival de la talla de Denver es un claro indicio del crecimiento de este equipo.
La serie, empatada a dos victorias, se traslada ahora a Oklahoma City para el quinto partido. La capacidad de los Thunder para sobreponerse a las adversidades y ejecutar en los instantes finales ha mandado un claro mensaje: no están dispuestos a ceder fácilmente ante el campeón. La batalla por el pase a la final de conferencia está más abierta que nunca.

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