En Sanaa, la capital de Yemen, se ha desatado una verdadera tragedia humanitaria a raíz de los ataques de los combatientes hawthis. Los enfrentamientos han provocado un éxodo de civiles que intentan huir de la violencia y buscar refugio en otras zonas del país.
Los combates han dejado un saldo de 340 muertos en la ciudad, según fuentes oficiales. La población civil se encuentra atrapada en medio del fuego cruzado, sin acceso a alimentos, agua potable ni atención médica. Las calles están desiertas, y los sonidos de las explosiones y disparos son constantes, creando un clima de terror en la ciudad.
Las fuerzas de seguridad han intentado contener la situación, pero se ven sobrepasadas por la violencia desatada por los hawthis. Los hospitales están desbordados, con heridos graves que no pueden ser atendidos adecuadamente debido a la falta de recursos y personal médico. La Cruz Roja ha lanzado un llamado de emergencia para recibir ayuda humanitaria y poder asistir a los afectados por la violencia.
La comunidad internacional ha condenado los ataques y ha instado a las partes en conflicto a respetar el derecho internacional humanitario y proteger a la población civil. Se han realizado llamados a un cese al fuego inmediato para permitir la evacuación de los civiles atrapados en la ciudad y la entrega de ayuda humanitaria.
La situación en Sanaa es crítica, y se teme que la violencia pueda extenderse a otras zonas del país si no se toman medidas urgentes para detenerla. La población civil está sufriendo las consecuencias de un conflicto que parece no tener fin, y las autoridades y organizaciones humanitarias están trabajando contrarreloj para brindar apoyo a los afectados y tratar de poner fin a esta crisis.
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