El escándalo que acabó con el matrimonio de Myleene Klass: infidelidad, alcohol y una salida airada de sus suegros
La conocida presentadora y música Myleene Klass ha destapado uno de los capítulos más dolorosos de su vida: el día en que descubrió la infidelidad de su entonces marido, Graham Quinn, con una celebridad cuyo nombre ha preferido no revelar. Lo más impactante fue el contexto: ocurrió durante su propia fiesta de cumpleaños, en su casa, mientras los invitados celebraban.
Una traición en plena celebración
Según relató en el podcast We Need To Talk, la escena fue tan surrealista como humillante. "Entré y los encontré en el balcón, desabrochándose la ropa", confesó Klass, sin mencionar si el encuentro había avanzado a algo más físico. Lo que siguió fue un momento de incredulidad: ambos intentaron negarlo con un "no es lo que piensas", a lo que ella respondió con contundencia: "Sí, es exactamente lo que pienso". La ira la llevó a expulsar a todos los invitados, incluidos los padres de Quinn, cuyo padre soltó una enigmática frase: "Esto no lo heredó de mí".

La doble moral de la tercera en discordia
El escándalo adquiere un matiz más sórdido al tratarse de una figura pública que había construido su imagen en torno a los "valores familiares". Klass no ahondó en detalles sobre su identidad, pero dejó claro la ironía: "Han seguido promocionando esa marca personal, mientras yo lidaba con las consecuencias".
Una relación marcada por las señales de alarma
Aunque el matrimonio duró apenas seis meses —se casaron en 2011—, Klass admitió haber ignorado las banderas rojas. Incluso la noche previa a la boda, lloró en la bañera, sabiendo que algo no encajaba. Quinn, por su parte, atribuyó el incidente del balcón al alcohol, una justificación que ella rechazó de plano. Más tarde, descubriría que su exesposo había comprado una casa a espaldas de ella, un hecho que acabó de sellar su desconfianza.
Del caos a la reconstrucción
La crisis personal que siguió fue profunda. Klass cayó en una espiral de ansiedad y dependencia del alcohol, llegando a beber desde primeras horas de la mañana. "Pensé que lo perdería todo", reconoció. Sin embargo, logró reinventarse como madre soltera —criando a sus hijos sin apoyo durante 12 años— y rehizo su vida sentimental con el consultor de comunicación Simon Motson, con quien actualmente está comprometida.
El relato de Klass no solo expone las grietas de una relación tóxica, sino que también cuestiona la hipocresía en ciertos círculos mediáticos, donde la imagen pública suele ocultar realidades mucho menos glamurosas. Su historia, aunque dolorosa, es un recordatorio de cómo las crisis personales pueden convertirse en oportunidades para redefinir el camino.
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