La provincia canadiense de Alberta ha modificado su controvertida política de restricción de libros en las escuelas, tras generar intensos debates entre autoridades educativas, padres y defensores de la libertad literaria. La nueva normativa, anunciada este lunes, flexibiliza las prohibiciones iniciales al permitir textos con descripciones escritas de contenido sexual, pero mantiene la censura sobre ilustraciones o imágenes explícitas.
El ministro de Educación, Demetrios Nicolaides, explicó que el gobierno priorizó esta distinción bajo el argumento de que las representaciones visuales tienen un impacto más inmediato y universal en los estudiantes, independientemente de su nivel de comprensión lectora. "Un texto requiere cierto desarrollo cognitivo para ser interpretado, mientras que una imagen se percibe de manera instantánea", sostuvo durante una conferencia de prensa. Esta revisión permitirá que obras clásicas con pasajes de temática sexual, como El cuento de la criada de Margaret Atwood o Un mundo feliz de Aldous Huxley, sigan disponibles en las bibliotecas escolares.
La polémica estalló meses atrás cuando el distrito escolar de Edmonton elaboró una lista con más de 200 títulos candidatos a ser retirados, incluyendo bestsellers adaptados a series como Juego de tronos y Outlander. La medida inicial, criticada por su ambigüedad, provocó reacciones globales, incluso de la propia Atwood, quien satirizó la política gubernamental en redes sociales. La primera ministra Danielle Smith acusó entonces a las instituciones educativas de aplicar la norma de forma excesiva y prometió ajustes.

Además de redefinir los criterios, el gobierno amplió el plazo para que las escuelas adapten sus bibliotecas: ahora tienen hasta enero de 2025 para retirar materiales no aptos, aunque deben presentar un inventario preliminar antes de octubre. Nicolaides aclaró que no habrá veto centralizado, pero el Ministerio supervisará los listados para "evitar malentendidos". También se eliminó la obligación de digitalizar los fondos bibliográficos de aulas particulares, una exigencia que había llevado a muchos docentes a donar sus libros para eludir burocracia.
La decisión reabre el debate sobre el equilibrio entre protección infantil y acceso a la cultura. Mientras grupos conservadores celebran el veto a imágenes explícitas, asociaciones de libreros y escritores advierten sobre riesgos de censura arbitraria. Alberta, gobernada por el partido United Conservative, mantiene así una línea que podría influir en políticas educativas de otras regiones.
Nota: Este artículo se centra en implicaciones culturales y educativas, evitando reproducir contenidos sensibles. Para consultas sobre el listado completo de libros afectados, se recomienda acceder a fuentes oficiales.

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