Redacción - El Semanal
En Estados Unidos, la cultura del automóvil predomina sobre la de los peatones, lo que se refleja en el diseño de las ciudades con aceras interrumpidas por autopistas que priorizan el tráfico vehicular. Esta preferencia por los autos ha alcanzado extremos insólitos, como el hecho de que los estadounidenses practiquen caminar antes de visitar Europa, debido a su menor dependencia de la movilidad peatonal. Esta tendencia ha desembocado en enormes atascos en las vías.
Un ejemplo emblemático de esta congestión es la Autopista de Los Ángeles, reconocida por saturarse durante eventos como el Día de Acción de Gracias y Navidad, fenómeno que se replica en diversas autopistas de América del Norte. Un caso destacado es la Ruta 401 en Ontario, una impresionante carretera de 828 kilómetros que conecta Windsor con Montreal, siendo la más transitada de Norteamérica y atravesando importantes ciudades como Toronto y Ottawa.
La Ruta 401 presenta secciones críticas para la vida laboral y empresarial de canadienses y estadounidenses, con tramos que llegan a movilizar casi medio millón de vehículos diariamente, superando la famosa autopista de Santa Mónica en términos de flujo vehicular. A pesar de expansiones y mejoras implementadas, persisten problemas como derrumbes en algunos tramos y limitaciones para controlar la velocidad en ciertas áreas metropolitanas.
Ante la creciente congestión de tráfico, el gobierno de Ontario ha propuesto una solución innovadora: la construcción de carreteras subterráneas, liderada por el primer ministro Doug Ford. Este proyecto contempla la creación de un túnel que aliviaría la saturación vial, promoviendo el crecimiento económico y facilitando la movilidad de los ciudadanos. Aunque se encuentra en fase de estudio de viabilidad, se plantea como una alternativa a la ampliación convencional de vías.
La propuesta del túnel de la Ruta 401 ha generado reacciones encontradas en la sociedad, con defensores que ven en esta infraestructura una solución efectiva y críticos que la tildan de costosa e inviable. Ford ha defendido el proyecto como una medida necesaria para modernizar la red vial, enfatizando que la transparencia en los costos será fundamental para su ejecución. Sin embargo, la oposición ha expresado escepticismo respecto a la viabilidad y efectividad del túnel, comparando el proyecto con el costoso y problemático Big Dig de Boston.
A pesar de las controversias, la discusión sobre la congestión del tráfico y las estrategias para mejorar la movilidad continúa en América del Norte. Con la iniciativa de construir un extenso túnel subterráneo en la Ruta 401, se plantea un enfoque disruptivo para abordar un problema arraigado en la cultura automovilística de la región. La viabilidad y efectividad de esta propuesta quedarán en manos de futuros desarrollos y decisiones gubernamentales.
vaya, que buena noticia, Canadá es un país que siempre está pensando en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. seguro que esta nueva autopista ayudará a reducir el tráfico y hacer más rápido los viajes en coche. ojalá otros países tomen ejemplo y inviertan en infraestructuras como esta.