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Celtics Vence al Magic: Tatum valora la prueba temprana.

La postemporada de la NBA ha comenzado con una serie que, pese a resolverse en cinco partidos, ha representado un desafío para los Boston Celtics. El enfrentamiento contra los Orlando Magic en la primera ronda ha puesto a prueba la capacidad de adaptación del favorito, evidenciando que el camino hacia el título exigirá más que solo su reconocido arsenal ofensivo.

Contrario a la fluidez habitual que los llevó a liderar la liga en triples y victorias, el inicio del quinto partido en Boston se presentó trabado. Los Celtics, caracterizados por su juego veloz y dependiente del lanzamiento exterior, se encontraron maniatados por la propuesta física y defensiva de los Magic. Durante la primera mitad, el equipo local no logró anotar un solo triple, una rareza considerando su promedio de 17.8 aciertos por partido en la temporada regular. Esta sequía, que no se veía desde octubre de 2021, se reflejó en su bajo volumen de intentos desde la línea de tres, con solo seis lanzamientos en los dos primeros cuartos.

Las dificultades se hicieron palpables en las canchas, con momentos de frustración por parte de figuras como Jayson Tatum, quien expresó su descontento tras una falta que resultó en un valioso juego de tres puntos para Paolo Banchero. Este último, líder ofensivo de Orlando, se erigió como el principal generador de problemas para la defensa Celta, capitalizando las oportunidades y manteniendo a su equipo en la pelea. Al descanso, a pesar de su atípica y poco efectiva primera mitad, Boston solo perdía por dos puntos.

La dinámica del partido cambió drásticamente en el tercer cuarto. Las rápidas faltas de Banchero, que lo dejaron con cinco en total, obligaron a su salida de la cancha con más de nueve minutos por jugar. Esta ausencia fue capitalizada por los Celtics, que desataron una racha de 30-9, incluyendo un contundente parcial de 24-4 para cerrar el periodo. Con su principal referente fuera de juego, la ofensiva de Orlando se resquebrajó, permitiendo a Boston recuperar su ritmo y desplegar el juego que lo ha caracterizado.

La reacción en la segunda mitad fue espectacular. Los Celtics anotaron 13 de sus 18 intentos de triple, desatando la euforia en el TD Garden y demostrando su capacidad para ajustar y encontrar soluciones ofensivas cuando las condiciones cambian. La victoria final de 120-89, con una diferencia de 31 puntos, marcó un hito en la historia de los playoffs de la NBA, al ser la mayor remontada para un equipo que perdía al descanso. También constituyó la victoria más holgada para los Celtics, tanto en temporada regular como en postemporada, después de ir por detrás en el marcador al término del segundo cuarto.

Jugadores como Jaylen Brown, quien superó una dislocación de dedo y persistentes molestias en la rodilla, y Jayson Tatum, lidiando con una lesión en la muñeca desde el primer encuentro, destacaron la importancia de esta serie como una prueba de carácter. La physicality del rival y la necesidad de rebotear y jugar en la «trinchera» fueron lecciones valiosas que, según los jugadores, les servirán para los desafíos futuros. El entrenador Joe Mazzulla defendió la fortaleza física de su equipo, señalando que también supieron imponer su defensa.

Para Celtics, haber superado una serie marcada por la intensidad física y las lesiones, y haberlo hecho adaptándose a un estilo de juego menos habitual, es una muestra de madurez y resiliencia. Demostraron que, si bien su predilección por el triple es una marca de identidad, poseen las herramientas y la mentalidad para ganar de diferentes maneras. Como señaló Al Horford, «a veces hay que solucionarlo de otras maneras», y esta serie fue un claro ejemplo de ello.

Jayson Tatum, tras una temporada que describió como la más relajada de su carrera después de ganar el campeonato el año pasado, destacó que la clave es centrarse en el objetivo y no en demostrar nada a nadie. Su actuación en el quinto partido, con 35 puntos, 10 asistencias y 8 rebotes, lo colocó a la altura de leyendas del club como Larry Bird, empatando récords de postemporada. Este rendimiento es un indicativo de su enfoque en la tarea que tienen por delante.

La serie contra Orlando, aunque en la superficie parezca una victoria cómoda por el marcador final del último encuentro, fue en realidad un valioso aprendizaje. Mostró que el camino hacia el campeonato será exigente y que Boston deberá seguir adaptándose a las distintas propuestas de sus rivales. Ahora, con esta prueba superada, esperan al ganador de la serie entre los New York Knicks y los Detroit Pistons para continuar su búsqueda del anillo, armados con la confianza de saber que pueden ganar incluso cuando las cosas no salen como esperan.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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