Varios grupos delincuenciales atacaron varias comunidades en la capital haitiana de Puerto Príncipe el viernes, incendiando viviendas y una iglesia mientras las balas silbaban por la zona.
Al menos una mujer resultó muerta cuando los grupos delictivos abrieron fuego en Solino, St. Michel, Tabarre 27 y otras vecindades, con residentes aterrorizados llamando a estaciones de radio desde la noche del jueves suplicando por ayuda.
Un sindicato de policía también pidió ayuda el jueves en X, indicando que tenían información de que múltiples individuos armados se estaban preparando para invadir Solino. «¡Se requiere una acción inmediata!» escribieron.
Un portavoz de la Policía Nacional de Haití no respondió de inmediato a un mensaje para hacer comentarios.
Radio Télé Métronome informó que la toma de posesión del consejo electoral provisional de Haití programada para el viernes en el centro de Puerto Príncipe fue trasladada a una zona más segura.
No estaba claro qué motivó el último ataque, que tuvo lugar apenas días después de que la policía haitiana y keniana, liderando una misión respaldada por la ONU para combatir la violencia de pandillas, mataran al menos a 20 presuntos miembros de pandillas en una zona controlada por la banda 400 Mawozo que opera principalmente en Tabarre.
Las pandillas controlan el 80 por ciento de Puerto Príncipe, aunque comunidades como Solino han estado luchando contra los intentos de los delincuentes de tomar el control de la zona.
Considero que el artículo sobre el crimen organizado en los barrios de Port-au-Prince en Haití, si bien brinda información relevante, adolece de un enfoque más profundo sobre las causas subyacentes de esta problemática. Sería de gran valía abordar aspectos como la desigualdad social, la falta de oportunidades laborales y la corrupción gubernamental que alimentan la presencia del crimen organizado en la región. Una mayor contextualización en estos aspectos contribuiría a enriquecer la comprensión del lector sobre la complejidad de la situación en Haití.