Los antiguos neandertales, en su lejana época hace decenas de miles de años, tenían un peculiar establecimiento de comida ubicado en la Cueva del Prado Vargas, en la provincia de Burgos. Los arqueólogos han descubierto miles de huesos en este lugar, los cuales han proporcionado una visión detallada de la dieta y hábitos alimenticios de estos antiguos habitantes. A través de un exhaustivo estudio, se ha logrado identificar qué animales cazaban los neandertales en la región, qué partes de las presas llevaban a la cueva y cómo las utilizaban.
Este hallazgo revela que los neandertales tenían un «restaurante» activo en la región de Burgos, donde se congregaban para consumir a sus presas. La Cueva del Prado Vargas se destaca por ser parte de uno de los sistemas kársticos más extensos de Europa, un espacio que ha sido crucial para comprender la vida de estos antiguos seres humanos.
Los arqueólogos han podido determinar que los neandertales se asentaron en la cueva hace aproximadamente 46.000 años, durante periodos que abarcaban la primavera, el verano y el otoño. Se calcula que generaciones de neandertales habitaron este lugar, dejando evidencia de sus actividades y costumbres a lo largo del tiempo.
Uno de los aspectos más fascinantes de este descubrimiento es la diversidad de animales que convivieron con los neandertales en la Cueva del Prado Vargas. Desde herbívoros como ciervos, gamos, caballos, antílopes, bisontes y cabras montesas, hasta grandes carnívoros como lobos, leones, zorros y tejones. Además, se han encontrado restos de jabalíes y osos de las cavernas, lo que ofrece una imagen detallada del ecosistema en el que vivían estos antiguos humanos.
El menú de los neandertales en este «restaurante» era abundante en carne y médula ósea, según revelan los estudios realizados en el sitio. Los investigadores han concluido que los neandertales cazaban una variedad de animales, incluyendo ciervos adultos, cabras, antílopes, caballos, bisontes y jabalíes. Las extremidades de estas presas eran llevadas a la cueva por su valor nutricional y la posibilidad de aprovechar la médula presente en los huesos.
Además de la alimentación, los neandertales utilizaban todos los restos animales de manera sistemática. Desde la carne y la médula, hasta la piel, los tendones y los propios huesos, que servían para la fabricación de herramientas y otros utensilios. Se ha descubierto que los neandertales controlaban el fuego y usaban los huesos como combustible, lo que indica un alto nivel de aprovechamiento de los recursos disponibles.
En resumen, la Cueva del Prado Vargas ha proporcionado invaluable información sobre la vida y costumbres de los neandertales en la región de Burgos. Este descubrimiento arqueológico arroja luz sobre la dieta, el comportamiento y la organización social de estos antiguos habitantes, demostrando su habilidad para adaptarse y aprovechar los recursos de su entorno de manera eficiente y sistemática.
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