El actor Jimmy Hunt, conocido por su emblemático papel en la clásica película de ciencia ficción Invasores de Marte, falleció a los 85 años en un hospital de Simi Valley, California, tras sufrir un infarto seis semanas atrás. Su carrera en el cine, aunque breve, dejó una huella imborrable en la industria, especialmente durante la década de 1940 y principios de los 50, cuando se convirtió en uno de los rostros infantiles más reconocibles de Hollywood.
Hunt, cuyo nombre real era James Walter Hunt, nació el 4 de diciembre de 1939 en Los Ángeles y comenzó su carrera a los seis años, tras ser descubierto por un cazatalentos de MGM mientras asistía a la escuela en Culver City. Su primer papel fue en High Barbaree (1947), donde interpretó al joven versión del personaje de Van Johnson. Rápidamente, se consolidó como un talento precoz, trabajando junto a estrellas como Myrna Loy, Clifton Webb y Ronald Reagan en películas como Cheaper by the Dozen (1950), donde dio vida a William Gilbreth, uno de los doce hijos de una peculiar familia.
Sin embargo, su papel más memorable llegó en 1953 con Invasores de Marte, dirigida por William Cameron Menzies. En la cinta, Hunt interpretó a David MacLean, un niño que presencia el aterrizaje de una nave extraterrestre y descubre que los adultos a su alrededor comienzan a comportarse de manera extraña. La película, filmada en poco más de tres semanas y con un presupuesto ajustado, se convirtió en un referente del género y consolidó su legado como ícono del cine de ciencia ficción. Años más tarde, en 1986, Hunt regresó brevemente a la actuación para participar en el remake dirigido por Tobe Hooper, donde interpretó al jefe de policía en un guiño nostálgico para los fans.

A pesar de su éxito, Hunt decidió retirarse del cine a los 14 años. En entrevistas posteriores, confesó que la presión por perfeccionar sus escenas lo llevó a distanciarse de la actuación. "Cuanto más crecía, más serio me volvía sobre hacer bien las tomas. Los actores adultos bromeaban cuando se equivocaban, pero los niños solo nos sentíamos tontos", explicó en una ocasión. Tras abandonar Hollywood, estudió en la universidad, sirvió en el ejército y trabajó en el sector industrial, lejos de los reflectores.
A lo largo de su vida, Hunt recibió incontables muestras de cariño por parte de seguidores de Invasores de Marte, una película que, en sus propias palabras, le generaba cheques residuales de "nueve dólares" ocasionalmente. Su legado cinematográfico, sin embargo, trasciende lo económico: quedó grabado en la memoria de generaciones de cinéfilos.
Le sobreviven su esposa, Roswitha, con quien compartió seis décadas de matrimonio, dos hijos, nueve nietos y seis bisnietos. Su hija homónima falleció hace más de una década. Con la partida de Hunt, el cine pierde a una de sus figuras más entrañables, aquel niño de pecas que nos hizo creer, aunque fuera por un momento, que los marcianos podrían estar entre nosotros.
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