Redacción - El Semanal
Una mujer cuya empresa se vio involucrada en la licencia de localizadores explosivos, ¿quién es ella?
La ciudad de Budapest ha sido testigo de los misterios que rodean a Cristiana Barsony-Arcidiacono, una mujer de 49 años, cuyo bagaje incluye dominar siete idiomas y poseer un doctorado en física de partículas. A pesar de su impresionante carrera dedicada al trabajo humanitario en África y Europa, esta italiana-húngara se ha visto en medio de la controversia debido a los trágicos sucesos en Líbano, donde explosiones causadas por localizadores diseñados por su empresa, BAC Consulting, cobraron la vida de 12 personas y dejaron heridas a más de 2,000.
La CEO y propietaria de BAC Consulting se vio en el ojo del huracán cuando se reveló que su empresa había licenciado el diseño de los localizadores explosivos de su fabricante original taiwanés, Gold Apollo. Ante la polémica, Barsony-Arcidiacono afirmó a NBC News que ella no había fabricado los dispositivos, declarando ser simplemente un intermediario. Desde entonces, se ha mantenido alejada de la vida pública, con vecinos que afirman no haberla visto y sin responder a los mensajes que buscan obtener su comentario sobre el incidente.
Conversaciones con conocidos y antiguos colegas de trabajo revelan a una mujer con una mente impresionante, pero cuya carrera ha sido marcada por una serie de empleos a corto plazo en los que no se estableció por completo, a pesar de adornar su currículum en el camino. Un individuo cercano a ella la describió como una persona «bien intencionada, no del tipo empresarial, más bien alguien que busca constantemente cosas nuevas, que rápidamente cree en ellas y se entusiasma por eso», añadiendo que estaba en busca de ingresos al querer dejar otro trabajo.
Kilian Kleinschmidt, un veterano exadministrador humanitario de la ONU que la contrató en 2019 para dirigir un programa financiado por los Países Bajos, describió a Barsony-Arcidiacono como una administradora «intimidante» y afirmó haberla despedido antes de que venciera su contrato. Por su parte, la propia protagonista no ha respondido a llamadas ni correos electrónicos de Reuters, manteniendo hermetismo en torno a las acusaciones en su contra.
La evidente dualidad de Barsony-Arcidiacono entre su faceta humanitaria y su supuesta participación en polémicos asuntos empresariales ha despertado la curiosidad tanto en Budapest como en otros lugares donde ha dejado su huella. Su historia, marcada por la diversidad lingüística y educativa, contrasta con las sombras que se ciernen sobre su papel en los acontecimientos recientes. La incógnita en torno a su verdadera implicación en la tragedia de los localizadores explosivos mantiene en vilo a aquellos que buscan respuestas sobre quién es realmente esta enigmática mujer.
La Casa Editorial de El Semanal estará atenta a cualquier desarrollo adicional en torno a este intrigante caso, en el que la verdad parece ser más escurridiza que nunca.
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