La vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, ha logrado recaudar 200 millones de dólares desde que emergió como la probable nominada presidencial del Partido Demócrata la semana pasada. Esta cifra sorprendente se ha convertido en un hito en su campaña contra el ex presidente republicano, Donald Trump.
La campaña de Harris, que anunció su última cifra de recaudación el domingo, informó que el 66 por ciento de las donaciones provienen de contribuyentes por primera vez en el ciclo electoral de 2024 y se realizaron después de que el presidente Joe Biden anunciara su retiro de la contienda y respaldara a Harris.
Además de esta recaudación récord, más de 170,000 voluntarios se han inscrito para ayudar en la campaña de Harris a través de actividades como llamadas telefónicas, campañas en persona y otros esfuerzos para movilizar el voto. La jornada electoral se encuentra a solo 100 días de distancia.

Michael Tyler, el director de comunicaciones de la campaña, afirmó en un comunicado que el impulso y la energía por la vicepresidenta Harris son palpables, y resaltó que esta elección será muy reñida y se decidirá por un número reducido de votantes en unos pocos estados clave.
Por otro lado, Kamala Harris continúa consolidando el apoyo del Partido Demócrata tras la salida de la contienda de Biden, cuya candidatura se desvaneció después de su desastroso desempeño en el debate del 27 de junio contra Trump. Figuras prominentes como la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y otros líderes demócratas han expresado su respaldo a Harris.
La también ex presidenta y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, junto con Barack Obama y su esposa Michelle Obama, han anunciado su respaldo a la candidatura de Harris, lo que subraya el creciente apoyo que esta está recibiendo en el seno del partido. Harris misma se ha declarado como la «outsider» en la contienda, pero asegura que su campaña está cobrando impulso y aceptación entre los votantes.
Por su parte, Trump y su compañero de fórmula, el senador JD Vance, han intensificado sus esfuerzos para retratar a Harris como una política de extrema izquierda alejada del electorado estadounidense. Acusaciones como querer «defundir a la policía» o ser una radical en temas como el aborto han sido planteadas por sus contrincantes republicanos.
La campaña se ha puesto en marcha y las estrategias electorales comienzan a perfilar contrastes y disputas ideológicas que marcarán el panorama político en los próximos meses en Estados Unidos.

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