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La comunidad de Vale de Ribeira une fuerzas para enfrentar la pandemia de Covid-19

Solidaridad y resistencia: cómo los quilombos brasileños enfrentaron la pandemia con alimentos y dignidad

En medio del caos generado por la pandemia de Covid-19, una escena inesperada emergió en las periferias de São Paulo, Brasil: largas filas de personas recibiendo, con sonrisas detrás de sus mascarillas, bolsas de alimentos frescos y orgánicos cultivados por comunidades quilombolas. Entre mayo de 2020 y febrero de 2022, cerca de 330 toneladas de comida llegaron a más de 45.000 personas en situación de vulnerabilidad, gracias a una red de solidaridad tejida entre el campo y la ciudad.

Este esfuerzo colectivo no fue espontáneo. La Cooperativa de Agricultores Quilombolas del Valle del Ribeira (Cooperquivale), integrada por descendientes de africanos esclavizados que históricamente han resistido en territorios autónomos, vio cómo los contratos con escuelas y programas estatales se cancelaron abruptamente ante el cierre de instituciones educativas. Sin embargo, en lugar de dejar que sus cosechas se perdieran, convirtieron la crisis en una oportunidad. "¿Qué vamos a hacer con tantos productos y tanta gente pasando hambre?", se preguntó Michel Guzanchi, miembro de la cooperativa, en entrevista con medios locales.

Un puente entre el campo y las favelas

La respuesta fue un Plan de Emergencia que combinó dos frentes: distribución de kits sanitarios en comunidades rurales y envío de alimentos a zonas urbanas marginalizadas. Con el apoyo de organizaciones como el Instituto Socioambiental (ISA), la iniciativa logró articular donaciones y crear mercados solidarios. "No solo fue llevar comida, sino construir alianzas", explicó Raquel Pasinato, coordinadora del ISA en la región. Los productos, cultivados sin agrotóxicos y con técnicas ancestrales, sorprendieron a sus receptores. "Descubrimos sabores que nunca imaginamos", relató Catarina Godoi, líder en la favela São Remo.

El proyecto derivó en las ferias Quilombo&Quebrada, espacios mensuales donde urbanos y rurales intercambian no solo alimentos, sino también historias. Para las comunidades quilombolas, esta conexión reivindica un legado de resistencia: sus saberes agrícolas, reconocidos en 2018 como Patrimonio Cultural de Brasil, se basan en una relación simbiótica con la naturaleza. "Somos el bosque", resume el maestro Ditão, de la comunidad Ivaporunduva.

Colonialidad y pandemia: un desafío persistente

La pandemia exacerbó desigualdades estructurales en Brasil, donde el 75% de quienes viven en pobreza extrema son negros o mestizos, según datos oficiales. Mientras el gobierno federal minimizó la crisis, las periferias sufrían hacinamiento y falta de acceso a agua potable. Frente a esto, la autogestión comunitaria se volvió vital. "La solidaridad es nuestra mejor tecnología", señala un informe inspirado en la filósofa Naomi Klein.

El Valle del Ribeira, rico en biodiversidad pero también en conflictos por minería y megaobras, ejemplifica esta lucha. Durante 30 años, sus habitantes bloquearon la construcción de una hidroeléctrica que amenazaba sus tierras. Hoy, la titulación de territorios sigue pendiente, mientras practicas tradicionales son criminalizadas bajo argumentos ambientales. "Las leyes ignoran que nosotros protegemos el medio ambiente", denuncian los quilombolas.

Lecciones para un futuro decolonial

La experiencia quilombola revela que modelos alternativos al capitalismo son posibles. Sus redes de cooperación, arraigadas en la ancestralidad, demostraron que otro paradigma existe: uno donde el alimento no es mercancía, sino memoria y cuidado. Como escribieron investigadores del proyecto ENDURE, que estudia respuestas pospandemia, "la abundancia no es solo tener, sino saber cultivar desde lo colectivo".

En un mundo marcado por crisis climáticas y económicas, estas comunidades ofrecen un camino: escuchar a quienes, históricamente silenciados, han sabido resistir con creatividad y dignidad. Su mensaje es claro, como lo expresó Nilce Pontes, de la Coordinación Nacional de Quilombos: "Estamos por la vida y contra el hambre".


Nota: Datos adicionales sobre políticas públicas y cifras de pobreza fueron corroborados con informes de Fiocruz y el IBGE.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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