La construcción del Tren Maya implicará un cambio de ubicación en la estación ferroviaria.

En México, la riqueza arqueológica se revela de manera inesperada en forma de una mina a cielo abierto, no de minerales o metales, sino de restos arqueológicos. Esta explosión de descubrimientos ha sido posible gracias a dos factores clave: la aparición fortuita de vestigios y el uso de nuevas tecnologías para explorar el pasado. Ejemplos recientes incluyen la «Entrada al inframundo» descubierta en la Iglesia Mitra en Oaxaca, y la búsqueda de pirámides ocultas utilizando rayos cósmicos.

Uno de los impulsores más significativos de esta expansión arqueológica ha sido el proyecto del Tren Maya, concebido como una iniciativa para rescatar y preservar el legado prehispánico en México. Con una inversión inicial de 150 mil millones de pesos, este proyecto busca promover el turismo en regiones menos pobladas y acercar a las personas a la cultura maya. El descubrimiento de siete edificaciones prehispánicas en Kohunlich ha sido un hito importante en esta labor de rescate.

Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han desempeñado un papel crucial en la protección de estos sitios arqueológicos. Su labor ha implicado acompañar a los trabajadores de la construcción del tren para identificar posibles hallazgos arqueológicos y garantizar su preservación. En Kohunlich y sus alrededores, se han descubierto estructuras que datan de entre el 300 y el 600 d.C., revelando la vida doméstica de la época y la presencia de familias de élite en la región.

Para proteger estos descubrimientos, se han realizado modificaciones en el diseño original de la vía del Tren Maya que conduce a la estación Nicolás Bravo/Cohonlich. Cinco de las casas han sido integradas para recorridos turísticos, mientras que otras dos permanecen selladas a la espera de investigaciones adicionales. Además de las edificaciones, se han encontrado numerosos materiales arqueológicos como piedras, cerámicas, conchas y restos óseos humanos.

A pesar de los recientes hallazgos y esfuerzos de preservación, críticas recientes han surgido respecto al impacto del Tren Maya en el patrimonio histórico y cultural de México. Algunos medios, como el Washington Post, han destacado la preocupación por posibles daños a los tesoros mayas durante la construcción del tren. Sin embargo, el INAH ha enfatizado que se han tomado medidas para proteger y rescatar estos vestigios.

En conclusión, el proyecto del Tren Maya no solo ha permitido rescatar valiosos vestigios arqueológicos, sino que también ha desenterrado la arquitectura prehispánica y la historia de México. A medida que las obras del tren llegan a su finalización, es probable que sigan surgiendo descubrimientos que enriquezcan aún más la comprensión de la civilización maya en esta vasta región geográfica.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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