China, el líder mundial en producción, importación y consumo de carbón, ha alcanzado un hito impresionante en materia energética: las energías renovables han superado a los combustibles fósiles en capacidad de generación de energía.
En un país donde el carbón ha sido tradicionalmente el principal protagonista, la energía renovable ha emergido como la nueva reina. Según proyecciones del Consejo de Electricidad de China (CEC), para finales de 2024, la energía renovable representará el 40% del suministro eléctrico del país, superando significativamente al carbón, cuya participación caerá por debajo del 37%.
Esta transición energética ha sido posible gracias a una inversión masiva en energía eólica y solar, que ha permitido a China adelantar la generación de energía renovable a la de los combustibles fósiles en el primer semestre de 2024, según datos de la Asociación de la Industria Energética de China.

Se espera que China añada 300 gigavatios de capacidad de energía renovable a su red este año, lo que representaría un aumento respecto al año anterior. Esta inversión colocaría a China a la cabeza en capacidad instalada de energía eólica y solar, con un total de 1.350 gigavatios, aproximadamente el 40% de la capacidad total de todas las fuentes de energía en el país.
Además de las energías renovables, China también está experimentando un crecimiento en la energía nuclear y la energía hidroeléctrica. Se prevé que la capacidad de energía limpia alcance los 1.900 gigavatios a finales de 2024, con un aumento en la participación de la energía nuclear y hidroeléctrica en la estructura energética del país.
A pesar de estos avances, China sigue enfrentando desafíos en cuanto a la demanda energética, lo que ha llevado a la aprobación de capacidad adicional de centrales eléctricas de carbón. Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles está en declive gracias a las energías renovables y a las estrictas medidas de control del consumo impulsadas por el presidente chino Xi Jinping en 2021.
China tiene como objetivo reducir el uso de carbón a partir de 2026 y lograr la neutralidad de carbono para 2060, demostrando un compromiso firme con la transición hacia una economía más sostenible y menos contaminante.
En conclusión, China ha dado un paso significativo hacia un futuro más limpio y sostenible, donde las energías renovables han tomado el protagonismo en la generación de energía, superando a los combustibles fósiles en capacidad instalada. Esta transformación no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también posicionará a China como un líder en la lucha contra el cambio climático a nivel global.

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