En la actualidad, es cada vez más complicado encontrar sonrisas naturales en la televisión, el cine o incluso en los deportes. La presencia de dentaduras postizas con aspecto «blanco, brillante y perfectamente alineado» entre las celebridades es notoria, lo cual ha generado una especie de obsesión social por alcanzar la sonrisa perfecta. Sin embargo, esta realidad dista mucho de lo que es natural.
El panorama actual revela un cambio cultural significativo en cuanto a la percepción de la estética dental. La democratización de los cuidados dentales ha impulsado un progreso notable en la salud bucal, no solo en España, que se sitúa a la vanguardia de los países europeos en este aspecto, sino también a nivel global. Este avance puede explicar el porqué las dentaduras postizas que se observan en los medios lucen «mejor» que hace algunas décadas, aunque, en realidad, esto no sea totalmente cierto.
Muchas veces, lo que se aprecia en términos de dentaduras perfectas son en realidad carillas, recubrimientos o coronas artificiales, que establecen estándares de blancura y alineación dental completamente irreales. Este fenómeno no es nuevo, ya que desde el siglo pasado se han implementado mejoras dentales que distorsionan la percepción de lo que es natural y alcanzable en términos de estética dental.

Expertos en odontología, como el dentista Samuel Rodríguez López, han señalado que las carillas han sido utilizadas en Hollywood desde hace décadas, y hoy en día se han convertido en una opción popular para lograr sonrisas «perfectas» que generan expectativas poco realistas en la sociedad. Esta demanda creciente de perfección estética ha llevado a un aumento en los tratamientos dentales cosméticos, que se han duplicado en los últimos años.
Sin embargo, esta tendencia hacia la perfección estética no se limita únicamente al ámbito dental. Estudios muestran un incremento exponencial en intervenciones estéticas en diversos campos, como la cirugía plástica, lo que sugiere un cambio cultural más amplio en la búsqueda de la perfección física. Esta tendencia plantea cuestionamientos sobre los estándares de belleza actuales y los impactos que pueden tener en la salud mental y emocional de las personas.
En definitiva, la búsqueda incansable de la perfección estética dental y física plantea dilemas éticos y de salud que deben ser abordados con cautela. A medida que la demanda de tratamientos estéticos siga en aumento, es crucial reflexionar sobre los valores y las motivaciones que subyacen a esta tendencia, así como sus posibles consecuencias a largo plazo en la sociedad. La naturalidad y la aceptación de la diversidad en todos los aspectos, incluida la estética dental, pueden ser puntos clave a considerar en este debate en curso.

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