La irrupción de la inteligencia artificial en el sector del doblaje está revolucionando —y a la vez amenazando— la industria de la voz en India. Lo que comenzó como una herramienta para agilizar procesos se ha convertido en un dilema ético y laboral para miles de artistas que ahora ven cómo sus trabajos se reducen o, peor aún, sus voces son clonadas sin consentimiento.
A diferencia de Hollywood, donde los sindicatos como SAG-AFTRA lograron acuerdos para regular el uso de IA tras una prolongada huelga, en India el terreno sigue siendo un campo minado. Empresas tecnológicas, principalmente extranjeras, ofrecen contratos ambiguos a los actores de doblaje sin especificar cómo ni dónde se utilizarán sus grabaciones. Esto ha dejado a muchos profesionales en una posición vulnerable, especialmente a quienes, con décadas de carrera, enfrentan una reconversión forzosa.
"Antes, un actor podía participar en 15 o 20 proyectos mensuales; ahora apenas llega a seis o siete", explica Amarinder Singh Sodhi, secretario general de la Asociación de Artistas de Voz de India (AVA) y conocido por prestar su voz a personajes como Hawkeye en Los Vengadores. El sector más afectado, según los expertos, es el de los trabajos "funcionales": narraciones corporativas, manuales de usuario o promociones televisivas, donde la IA ya reemplaza a los humanos con voces sintéticas más económicas.

Pero el problema va más allá de la pérdida de empleo. La clonación vocal, la última innovación en este campo, permite superponer el tono de una estrella —como un actor de Bollywood— sobre la interpretación de un doblador profesional. Películas recientes como Kalki 2898 AD ya han utilizado esta técnica para que los protagonistas "hablen" en lenguas como el telugu manteniendo su timbre original. Aunque algunos productores, como M. G. Srinivas (fundador del estudio AI Samhitha), defienden que se requiere habilidad para modular correctamente estas voces, otros temen que se devalúe el trabajo de los artistas.
"¿Qué pasa si alguien usa mi voz para difamar o generar discursos de odio? La voz es parte de nuestra identidad", cuestiona Rakhee Sharma, actriz que ha dado voz a Kate Winslet en doblajes al hindi. La falta de regulación agrava estos riesgos. Mientras EE.UU. avanza en cláusulas contractuales que protegen a los artistas, en India no existen acuerdos vinculantes.
Ante esta disyuntiva, la AVA ha intensificado sus esfuerzos para educar a sus miembros: desde exigir transparencia en los contratos hasta reclamar remuneración por el uso de sus voces en múltiples idiomas. "Debemos unirnos, como hicieron en Hollywood", subraya Ankur Javeri, voz hindi de Goku en Dragonball Z. La incógnita es si la tecnología, en su avance imparable, dejará espacio para la voz humana —con sus matices y emociones— o si acabará convirtiéndola en un recurso prescindible.
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