El futuro de la política exterior y de desarrollo feminista en Alemania está en entredicho tras el cambio de gobierno. La coalición entre los conservadores (CDU/CSU) y los socialdemócratas, vencedores de las recientes elecciones, ha publicado un acuerdo de coalición que no hace referencia explícita a una política exterior o de desarrollo feminista. Esta omisión refleja una tendencia global en la que varios países han retirado o suavizado sus políticas feministas en los últimos años, especialmente después de cambios en el equilibrio político.
La política exterior y de desarrollo feminista fue adoptada en Alemania en 2021 por la coalición anterior, formada por socialdemócratas, verdes y liberales. El Ministerio de Asuntos Exteriores, liderado por los verdes, y el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo, liderado por los socialdemócratas, desarrollaron estrategias separadas. Las directrices de política exterior feminista se basan en los tres pilares de derechos, recursos y representación para mujeres y grupos marginados. Por otro lado, la política de desarrollo feminista se estructura alrededor de cinco elementos: derechos humanos, enfoque transformador de género, interseccionalidad, enfoque poscolonial y antirracista, y construcción de alianzas.
Sin embargo, la implementación de estas políticas ha sido limitada. A pesar de algunos avances, como la introducción de presupuestos de género y proyectos sensibles al género, la política exterior feminista no ha tenido un impacto significativo en las decisiones cruciales de política exterior. Por ejemplo, Alemania sigue apoyando a Israel con exportaciones de armas pese a las denuncias de genocidio contra palestinos en Gaza.

La retirada del enfoque feminista podría tener implicaciones significativas. Si bien es improbable que se abandone por completo, la pérdida del enfoque específico podría llevar a una disminución en la prioridad de las cuestiones de género en la política exterior y de desarrollo. La continuidad de algunas medidas dependerá de la voluntad política de los nuevos líderes y de la presión de la sociedad civil.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, ahora en manos de los conservadores, podría seguir implementando aspectos de la política feminista, especialmente en áreas donde existen compromisos internacionales, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Agenda Mujeres, Paz y Seguridad (WPS). Mientras tanto, el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo, liderado por los socialdemócratas, podría mantener su enfoque feminista, sobre todo si Svenja Schulze retiene su posición como ministra.
En última instancia, la evolución de la política exterior y de desarrollo feminista en Alemania dependerá de la dinámica política interna y de las presiones externas. Aunque el abandono del enfoque feminista explícito podría significar un paso atrás en la promoción de la igualdad de género en la política exterior, no necesariamente implica el fin de todas las iniciativas feministas. La implementación de políticas concretas y la continuidad de ciertos principios feministas en áreas específicas podrían asegurar que, al menos en parte, el legado de la política feminista perdure.

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