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La siderurgia enfrenta desafío ambiental con el uso de lodos tóxicos de aluminio rojo.

La producción de acero es un proceso vital pero altamente contaminante en la actualidad. Aunque es fundamental para nuestras necesidades, su fabricación tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La industria siderúrgica es responsable de casi el 10% de las emisiones globales de dióxido de carbono, lo que equivale a dos toneladas de CO2 emitidas por cada tonelada de acero producido.

En busca de soluciones más sostenibles, ha surgido la idea del «acero verde». Este enfoque propone utilizar hidrógeno verde como fuente de energía en lugar de combustibles fósiles en el proceso de producción de acero. Esta alternativa, además de ser menos contaminante, plantea la posibilidad de reducir las emisiones de CO2 de manera significativa.

Por otro lado, la industria del aluminio produce enormes cantidades de lodo rojo tóxico como residuo de su proceso de fabricación. Este residuo, que contiene óxido de hierro en un 60%, ha despertado el interés de investigadores del Instituto Max Planck. Estos científicos proponen utilizar el lodo rojo como materia prima para la fabricación de acero, a través de un proceso innovador que implica la utilización de hidrógeno verde y un horno de arco eléctrico.

El proceso ideado por el Instituto Max Planck implica la fusión del lodo rojo en un horno de arco eléctrico, mediante el cual se reduce el óxido de hierro y se obtiene hierro puro. Este hierro resultante se puede utilizar directamente en la producción de acero. Los óxidos metálicos restantes se solidifican al enfriarse y pueden ser utilizados como material en la industria de la construcción, lo que representa una solución efectiva de tres vías para el aprovechamiento de residuos y la reducción de emisiones.

Los investigadores aseguran que este innovador proceso no solo contribuye a la reducción de emisiones de carbono, sino que también puede resultar rentable para la industria siderúrgica. Utilizando hidrógeno verde y electricidad, se estima que se podrían ahorrar hasta 1,5 mil millones de toneladas de dióxido de carbono si se aplicara a la producción de acero a partir del lodo rojo generado por la industria del aluminio.

A pesar de los beneficios evidentes de este enfoque, el desafío sigue siendo la disponibilidad de hidrógeno verde en cantidades suficientes para llevar a cabo la transición hacia un proceso de producción de acero más sostenible. La falta de producción de hidrógeno verde a gran escala representa un obstáculo importante que la industria siderúrgica debe abordar para hacer realidad el concepto de «acero verde». La Asociación Europea del Acero ha instado a aumentar la producción de hidrógeno verde como parte fundamental para descarbonizar la industria del acero.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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