Los ataúdes de fantasía en Ghana convierten el último adiós en arte visual

En Ghana, los féretros han dejado de ser simples cajas de madera para transformarse en piezas artísticas que reflejan la vida, los sueños y las pasiones de quienes los eligen. En la capital, Accra, los ataúdes fantásticos se han convertidos en una tradición arraigada entre el pueblo Ga, pero su popularidad trasciende fronteras, atrayendo a coleccionistas y curiosos de todo el mundo.

La práctica, que inicialmente tenía un propósito ceremonial, ha evolucionado hacia una expresión cultural única. Los diseños van desde aviones y automóviles de lujo hasta animales, instrumentos musicales e incluso herramientas de trabajo. Cada creación es meticulosamente tallada y pintada a mano por artesanos locales, quienes convierten el luto en una celebración vibrante de la vida.

Aunque el concepto pueda parecer inusual fuera de África occidental, estos ataúdes simbolizan la creencia de que la muerte no es el fin, sino una transición hacia otro plano. «No se trata solo de guardar un cuerpo, sino de honrar la esencia de la persona», explica un miembro de la comunidad Ga. La ceremonia funeraria, acompañada de música y danza, refuerza esta visión, donde el duelo se mezcla con el homenaje.

El negocio de los féretros personalizados ha crecido tanto que algunos talleres han comenzado a exportar sus piezas a Europa y América, donde son adquiridos como obras de arte. Sin embargo, los puristas insisten en que su verdadero valor radica en el contexto cultural, no en el mero aspecto decorativo.

Mientras tanto, en Ghana, la demanda sigue en aumento, y las familias invierten sumas considerables para garantizar que sus seres queridos descansen en un ataúd que refleje su identidad. Una tradición que, lejos de desaparecer, se reinventa con cada generación.