Más de 120.000 evacuados en Pakistán por inundaciones y ola de calor extremo

Catástrofe humanitaria en Pakistán: más de 120.000 evacuados por inundaciones en medio de olas de calor extremo

JALALPUR PIRWALA, Pakistán — Las inundaciones que azotan el centro de Pakistán han dejado un panorama desolador, con más de 120.000 personas evacuadas en medio de condiciones climáticas extremas. Las lluvias torrenciales, que comenzaron la semana pasada, han provocado el desbordamiento de ríos y la inundación de poblaciones enteras, obligando a miles a abandonar sus hogares en busca de refugio.

Según fuentes oficiales, equipos de rescate respaldados por el ejército trabajaron durante toda la noche para trasladar a los afectados a zonas seguras. Muchos de los evacuados han relatado experiencias angustiosas, con familias enteras durmiendo a la intemperie o en tiendas de campaña provisionales, soportando temperaturas que superan los 40 grados centígrados. La falta de acceso a agua potable y servicios básicos ha agravado aún más la crisis.

Las imágenes que llegan desde la región muestran calles convertidas en ríos, viviendas sumergidas y cultivos destruidos. El gobierno pakistaní ha declarado el estado de emergencia en varias provincias, mientras organizaciones humanitarias intentan distribuir ayuda entre los damnificados. Sin embargo, la magnitud del desastre ha superado las capacidades locales, y se espera que la cifra de afectados siga aumentando en los próximos días.

Esta tragedia ocurre en un contexto de creciente inestabilidad climática en el sur de Asia, donde fenómenos meteorológicos extremos se han vuelto más frecuentes e intensos en los últimos años. Expertos en climatología advierten que la región sigue siendo altamente vulnerable debido a su geografía y a la falta de infraestructuras adecuadas para hacer frente a desastres naturales.

Mientras tanto, la solidaridad internacional comienza a movilizarse. Varios países y organismos han anunciado el envío de fondos y suministros de emergencia, aunque los supervivientes enfrentan un futuro incierto. Muchos han perdido no solo sus hogares, sino también sus medios de subsistencia, lo que plantea un desafío a largo plazo para la reconstrucción.

Las autoridades instan a la población a seguir las recomendaciones de seguridad y se preparan para nuevas lluvias en las próximas horas, que podrían empeorar la situación. Mientras el mundo observa, la prioridad inmediata sigue siendo salvar vidas y aliviar el sufrimiento de quienes han perdido todo.