El empresario Elon Musk ha vuelto a presentar una demanda contra OpenAI y su director ejecutivo, Sam Altman, luego de retirar brevemente su reclamo el mes pasado. La demanda, radicada en un tribunal estatal de California y pendiente en un tribunal federal del mismo estado, alega que la empresa de inteligencia artificial ha priorizado las ganancias y los intereses comerciales sobre el interés público, contradiciendo el principio fundacional de Musk de «beneficiar a toda la humanidad». Musk afirma haber invertido una gran suma de dinero en OpenAI y haber reclutado destacados científicos, confiando en las promesas de Altman y Greg Brockman de mantenerse como un proyecto sin fines de lucro.
En 2019, OpenAI anunció un cambio en su estructura hacia un modelo de «beneficio limitado», creando OpenAI Global, LLC, una entidad con fines de lucro que ha permitido a Microsoft invertir aproximadamente 13 mil millones de dólares en la compañía y firmar acuerdos para implementar su tecnología en varios productos, como el asistente de IA Copiloto de Microsoft en Bing, Microsoft 365 y Windows.
La demanda de Musk contra Altman y OpenAI ha desencadenado una disputa legal que destaca las diferencias en las visiones de ambas partes. Por un lado, OpenAI acusa a Musk de intentar fusionar la empresa con Tesla o tomar el control total, mientras que Musk sostiene que la idea de la fusión fue propuesta por Brockman como una medida para garantizar la financiación y el cumplimiento de la misión de OpenAI de desarrollar la AGI (Inteligencia General Artificial) en beneficio de la humanidad.
En medio de esta controversia, Musk busca anular el acuerdo entre OpenAI y Microsoft y privar a esta última del derecho a utilizar el modelo de lenguaje de la compañía, alegando que la orientación empresarial de OpenAI va en contra de sus principios fundamentales. Con el caso en curso, la resolución final sigue siendo incierta; sin embargo, una victoria de Musk podría tener repercusiones para Microsoft, que ha incorporado tecnología de OpenAI en varios de sus servicios.
Esta nueva demanda de Elon Musk contra OpenAI y Sam Altman refleja un conflicto que va más allá de lo legal, involucrando perspectivas opuestas sobre el futuro de la inteligencia artificial y el enfoque ético y comercial que debe prevalecer en su desarrollo. La batalla legal entre las partes sigue en curso, generando interrogantes sobre el impacto que podría tener en el panorama de la IA en el futuro cercano.
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