Redacción - El Semanal
Los Denver Nuggets han logrado prolongar su temporada y forzar un decisivo séptimo partido en las semifinales de la Conferencia Oeste al superar al Oklahoma City Thunder con un marcador de 119-107 en su cancha. La serie, que ahora se sitúa 3-3, definirá al contendiente que avanzará a la final de conferencia, manteniendo viva la esperanza del equipo de Colorado.
La noche estuvo marcada por la determinación de su estrella, Jamal Murray. A pesar de haber sido incluido en el reporte de lesionados horas antes del encuentro debido a una indisposición, el base no dudó en saltar a la cancha. Reportes indicaron que Murray se sintió indispuesto al despertar, figurando como «cuestionable», pero su voluntad de jugar en un partido de eliminación era inquebrantable.
Confirmado apenas cuarenta y cinco minutos antes del inicio, su rendimiento disipó rápidamente cualquier duda sobre su capacidad. Murray anotó 25 puntos, sumando 8 rebotes y 7 asistencias, una actuación que se ha vuelto característica en situaciones críticas. Su historial en partidos a vida o muerte es notable: con él en la alineación, los Nuggets acumulan un balance de 9 victorias y solo 3 derrotas, con promedios de 27.6 puntos, 5.3 rebotes y 5.3 asistencias en tales encuentros.
El entrenador interino David Adelman, celebrando su cuadragésimo cuarto cumpleaños, no ocultó su admiración por la resiliencia de Murray. Aunque inicialmente mostró preocupación por el impacto de su estado de salud, esas inquietudes se esfumaron a los pocos minutos de juego. «Vi los primeros seis minutos pensando: ‘¿Es real? ¿Podrá hacerlo?’ Tenía buena energía», comentó Adelman, destacando que en Jamal «es casi como si cuanto peor está, mejor rinde. Qué mentalidad tan dura, tan dura».
Junto a él, el pívot serbio Nikola Jokic volvió a ser fundamental con cifras de 29 puntos, 14 rebotes y 8 asistencias, reafirmando su estatus como figura clave del campeón de hace dos años. Otro jugador decisivo fue Julian Strawther, quien anotó sus 15 puntos en la segunda mitad, incluyendo ocho durante una racha crucial de 10-0 que permitió a los Nuggets tomar el control del partido en el tercer cuarto.
Murray, quien jugó un máximo de partido de 42 minutos a pesar de sentirse afectado por la enfermedad y tener dificultades para respirar en ocasiones, explicó su mentalidad: «Una vez que el partido empieza, el equipo te necesita y la adrenalina actúa. Ves un par de lanzamientos entrar y simplemente te aguantas y juegas a través de ello». Los Nuggets superaron a Oklahoma City por 28 puntos con Murray en pista, destacando su impacto incluso mermado físicamente.
Desde el lado de Oklahoma City, su figura principal, Shai Gilgeous-Alexander, quien aportó 32 puntos y seis asistencias, reconoció la intensidad mostrada por el rival. «Obviamente, era una situación de ganar o morir para ellos, y salieron con un sentido de urgencia, poniéndose por delante desde el principio», señaló, destacando la necesidad de evitar un inicio similar en el próximo encuentro.
Sin embargo, no todo fueron buenas noticias para Denver. El ala-pívot Aaron Gordon, otro miembro clave del núcleo del equipo campeón, se retiró al final del último cuarto sintiendo rigidez en el isquiotibial izquierdo. Su disponibilidad para el séptimo partido es incierta y será evaluado en las próximas horas.
Este partido a cara o cruz será el séptimo que los Nuggets disputan desde 2019, un dato que subraya su resiliencia y su capacidad para llevar series al límite, siendo el equipo con más partidos de estas características en la liga durante este periodo según estadísticas especializadas. La serie se resolverá el domingo en Oklahoma City, con la moneda en el aire y ambos equipos conscientes de que no hay margen para el error.
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