La física Cristina Pinto Fust, nacida en Olazagutía en 1995, ha desarrollado nanoestructuras para la superficie de vidrio utilizadas en módulos fotovoltaicos, inspirándose en las hojas de loto. Esta innovación ha demostrado aumentar la eficiencia en la generación de energía, al tiempo que reduce los costos de mantenimiento.
El cristal resultante de esta investigación presenta características únicas, como su capacidad para no reflejar la luz, no ensuciarse fácilmente y refrescar en días soleados. Todo esto contribuye a una mayor resistencia al desgaste y una vida útil extendida, según se indica en una tesis doctoral defendida en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y desarrollada en el Centro Nacional de Energías Renovables gracias a un doctorado industrial.
El vidrio es un componente fundamental en los módulos fotovoltaicos, proporcionando protección a los componentes internos, resistencia a los fenómenos meteorológicos y permitiendo la máxima cantidad de luz solar que llegue a las células solares para maximizar la generación de energía. Sin embargo, tradicionalmente, el vidrio ha presentado desafíos como el reflejo de luz no utilizada y la acumulación de suciedad en sus superficies, lo que requiere costosos procesos de limpieza.
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Para abordar estos desafíos, Cristina Pinto diseñó nanoestructuras en el vidrio que minimizan los reflejos, reducen la adherencia del polvo, disminuyen la temperatura de funcionamiento y mejoran las capacidades de autolimpieza. Estas estructuras en capas, que consisten en microcilindros cubiertos por nanoconos aleatorios, imitan el funcionamiento de una hoja de loto y han demostrado ser altamente efectivas.
Además de mejorar la eficiencia energética, las nanoestructuras también ofrecen beneficios como la reducción de la acumulación de suciedad en los paneles fotovoltaicos, lo que disminuye la necesidad de limpiezas frecuentes. Asimismo, la resistencia al desgaste de estas estructuras grabadas directamente en el vidrio supera a la de las soluciones comerciales, demostrando una excelente durabilidad y evitando problemas de separación.
Otra ventaja destacada de estas nanoestructuras es su capacidad de autolimpieza. Cuando una gota de agua cae sobre el cristal, se esparce recogiendo la suciedad presente en el módulo, y al inclinar la gota, esta se desliza llevándose toda la suciedad consigo. Esta característica contribuye a mantener los componentes limpios durante más tiempo y reduce la frecuencia de limpieza necesaria.
En términos de eficiencia energética y durabilidad, las nanoestructuras ofrecen resultados significativamente superiores a los recubrimientos tradicionales, con una mínima degradación después de múltiples ciclos de desgaste. Además, estas estructuras han logrado reducir el efecto invernadero generado por el vidrio, contribuyendo a un enfriamiento más eficiente de los módulos en días soleados y maximizando la generación eléctrica.
La investigación y desarrollo liderados por Cristina Pinto representan un avance significativo en la tecnología fotovoltaica, ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la eficiencia, durabilidad y autolimpieza de los paneles solares. Estas nanoestructuras en el vidrio prometen revolucionar la industria de la energía renovable e impulsar la adopción de tecnologías más sostenibles y eficientes.
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