En la actualidad, los consumidores canadienses están experimentando una situación preocupante en los supermercados: la shrinkflación. Este fenómeno, que se traduce en la reducción del tamaño de los productos manteniendo su precio de venta, está afectando a una variedad de artículos de consumo diario.
Un reciente informe realizado por la organización de investigación sin ánimo de lucro Community Researchers ha revelado que aproximadamente el 20% de los 60 productos analizados en tres tiendas de comestibles en Ontario han experimentado algún grado de shrinkflación. Entre los productos destacados se encuentran los aderezos de ensalada Kraft y el queso mármol Armstrong, que han disminuido su tamaño en un poco más del 10% en los últimos cinco años.
No obstante, los alimentos que han sido más afectados por la shrinkflación son los snacks de chocolate como galletas y barras de granola, los alimentos para bebés y niños pequeños, las piezas de pollo congeladas, las carnes procesadas y los aceites. En promedio, la shrinkflación para alimentos altos en azúcares y grasas es del 9.2%, mientras que los alimentos para bebés y niños pequeños han disminuido en un promedio del 8.3%.
Por ejemplo, las bolsas de puré de frutas GoGo Squeeze han disminuido en 320 gramos, casi un 23%, desde 2019. Esta tendencia se ha observado no solo en Ontario, sino también en Saskatchewan, donde los consumidores han expresado su descontento al sentir que están pagando lo mismo por menos producto.
Algunos consumidores han manifestado su frustración al notar la reducción en productos como el jugo de tomate y las galletas saladas. La sensación de engaño es evidente, como menciona Aldaine Blagrove, quien siente que su familia está siendo estafada al recibir menos cantidad de café por el mismo precio.
Sin embargo, sorprendentemente, el estudio encontró que alimentos como las papas fritas, el pan, los frutos secos, las frutas y las verduras de hoja verde no se han visto afectados por la shrinkflación. A pesar de esto, muchos consumidores no están convencidos de que las bolsas de papas fritas contengan la cantidad adecuada de producto. Erica Pearce, una madre de tres hijos, ha notado un aumento en el precio de las papas fritas y una disminución en la cantidad de chips dentro de las bolsas.
En medio de esta situación, los consumidores se sienten indefensos ante las decisiones de las compañías alimenticias y se enfrentan a la realidad de tener que comprar productos en constante reducción sin tener alternativas. La shrinkflación se ha convertido en un desafío para los consumidores que buscan obtener el mejor valor por su dinero en el supermercado.
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