Los rebeldes hutíes de Yemen tomaron por asalto la sede de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la capital, Saná, confiscando documentos, muebles y vehículos, según un alto funcionario de la ONU. Esta acción representa el último movimiento en una serie de medidas represivas por parte de los hutíes contra personas que colaboran con la ONU, agencias de ayuda y embajadas extranjeras.
La toma de posesión de las instalaciones de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Saná el 3 de agosto se produjo después de que los hutíes obligaran a los trabajadores yemeníes de la ONU a entregar pertenencias, incluyendo documentos, muebles y vehículos, según el jefe de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk.
«Las fuerzas de Ansar Allah deben abandonar las instalaciones y devolver todos los activos y pertenencias de inmediato», declaró Turk, utilizando el nombre oficial de los hutíes. Un portavoz de los hutíes no respondió a las llamadas telefónicas y mensajes solicitando comentarios.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó que suspendió las operaciones de la oficina en Saná y otras áreas de Yemen controladas por los hutíes tras la campaña de represión de junio. Sin embargo, la oficina sigue operando en las partes de Yemen controladas por el gobierno internacionalmente reconocido.
En junio, los hutíes detuvieron a más de 60 personas que trabajaban con la ONU y otras ONG, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Entre los detenidos se encontraban seis trabajadores de la Oficina de Derechos Humanos, quienes se unieron a otros dos colegas detenidos por los hutíes en noviembre de 2021 y agosto de 2023.
Días después de la campaña de arrestos, los rebeldes afirmaron haber arrestado a miembros de lo que llamaron una «red de espionaje estadounidense-israelí». Los hutíes emitieron supuestas confesiones en video de 10 yemeníes, varios de los cuales afirmaron haber sido reclutados por la Embajada de Estados Unidos en Yemen.
Las afirmaciones de los hutíes no pudieron ser verificadas de forma independiente. Los hutíes han estado involucrados en una guerra civil con el gobierno internacionalmente reconocido de Yemen, respaldado por una coalición liderada por Arabia Saudita, desde 2014, cuando tomaron el control de Saná y la mayor parte del norte.
La guerra en Yemen ha cobrado la vida de más de 150,000 personas, entre combatientes y civiles, y ha provocado una de las peores catástrofes humanitarias del mundo, causando la muerte de decenas de miles más. Los rebeldes han encarcelado a miles de personas durante la guerra y en los últimos meses intensificaron su represión contra la disidencia en el país, incluyendo la reciente condena a muerte de 44 personas.

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