En el Mar Mediterráneo, a unos 30 kilómetros al noreste de Port Said, Egipto, se han detectado dos barcos anclados muy cerca uno del otro en imágenes de satélite. Esta situación ha generado especulaciones sobre la posibilidad de que Rusia esté construyendo en secreto una flota de buques cisterna de Gas Natural Licuado (GNL).
Las fotografías capturadas por el satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea revelaron la presencia del buque cisterna de GNL Pioneer, que se encuentra en la lista de sanciones de Estados Unidos, junto al buque cisterna de GNL New Energy, que no está sujeto a restricciones. Hay indicios de que estos buques podrían estar realizando una operación de desvío de gas ruso para eludir limitaciones en las exportaciones.
Antes de ser transportado, el gas natural se enfría y se almacena en estado líquido para convertirse en GNL. Los buques especializados en transportar este tipo de carga, conocidos como metaneros, enfrentan desafíos técnicos considerables al mantener enormes cantidades de hidrocarburos a temperaturas extremadamente bajas, alrededor de -160 grados centígrados.
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La transferencia de combustible entre barcos, también conocida como transferencia de barco a barco (STS), es una operación compleja que requiere estrictas medidas de seguridad. Por este motivo, la presencia de buques que transportan GNL en el Mediterráneo es poco común, dada la delicadeza y precisión que implica este proceso.
El buque metanero Pioneer, objeto de sanciones por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos, está bajo la operación de la empresa india Ocean Speedstar Solutions. La presencia de este barco en aguas del Mediterráneo desde junio ha generado sospechas sobre su relación con una presunta flota fantasma vinculada a actividades ilícitas.
Existe la posibilidad de que Moscú esté desarrollando una flota de buques de GNL para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos, replicando estrategias utilizadas previamente en el transporte de petróleo crudo. Una vez completada la operación de transferencia de carga, se espera que la nueva compañía energética pueda llevar el gas ruso a Asia a través del Canal de Suez, aunque el rastreo preciso de estos barcos de gran capacidad suele ser complicado debido a la manipulación de sistemas de identificación.
En definitiva, la presencia de estos buques cisterna de GNL en aguas del Mediterráneo plantea interrogantes sobre posibles actividades encubiertas y estrategias de evasión de sanciones. La complejidad y la opacidad en torno a este tipo de operaciones resaltan la importancia de mantener una vigilancia constante y un control efectivo en el transporte marítimo de recursos energéticos.
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