Las recientes actualizaciones sobre las fortunas más destacadas del Reino Unido revelan un descenso significativo en el patrimonio personal de Sir Jim Ratcliffe, propietario minoritario y figura clave en la dirección deportiva del Manchester United. Según el informe anual de riqueza publicado por un importante medio británico, la fortuna del empresario ha experimentado una reducción de aproximadamente 6.400 millones de libras esterlinas en el último año fiscal.
Este retroceso representa cerca de una cuarta parte de su patrimonio total, que ha pasado de unos 23.500 millones de libras a situarse en torno a los 17.000 millones. Sir Jim Ratcliffe, una figura de 72 años con una dilatada trayectoria en el mundo de los negocios, asumió el control de las operaciones futbolísticas del club de Mánchester a principios de 2024, tras adquirir una participación del 27,7%. Su llegada ha coincidido con una temporada deportiva complicada para el equipo, que ha registrado su peor campaña en la era de la Premier League.
La reestructuración impulsada por Ratcliffe en el Manchester United ha implicado cambios drásticos. Estos incluyen un considerable número de despidos de personal, la implementación de severas medidas de contención de gastos, un aumento en el precio de las entradas para los aficionados y la planificación a largo plazo para la construcción de un nuevo estadio con capacidad para 100.000 espectadores. Estas iniciativas buscan sentar las bases para una gestión más eficiente y una proyección futura, aunque no están exentas de polémica.

Paralelamente, la situación financiera de su vasto imperio petroquímico, INEOS, también ha sido observada de cerca. Informes recientes en la prensa económica y análisis de agencias de calificación han señalado que la compañía ha acumulado niveles de deuda que, en algunas valoraciones, superan entre cinco y seis veces sus ganancias anuales. Esta carga financiera en su núcleo de negocios podría influir en la capacidad o el ritmo de inversión en sus otras empresas, incluido el club de fútbol.
Las estrictas directrices financieras implementadas en Old Trafford han tenido manifestaciones concretas en aspectos cotidianos. Tal es el caso de la situación vivida en torno a la inminente final de la Europa League. Según fuentes cercanas al club, el equipo técnico y de apoyo, un grupo de unas 30 personas, tuvo que gestionar personalmente, a través de una iniciativa liderada por el entrenador, el coste de los desplazamientos y entradas para que sus familias pudieran asistir al partido crucial en Bilbao. Esto se produjo después de que la directiva comunicara que el club no asumiría estos gastos, reflejando la política de ahorro en marcha.
El Manchester United se enfrentará al Tottenham en la final de la Europa League el próximo 21 de mayo. Más allá del trofeo, el partido tiene una trascendencia económica y deportiva fundamental: asegura una plaza en la lucrativa Liga de Campeones de la próxima temporada al ganador, un objetivo prioritario tras la mala racha liguera. Este contexto de alta presión deportiva se enmarca en un periodo de ajuste severo y desafíos financieros tanto para el club como para la fortuna personal de su nuevo líder operativo en la sombra. La trayectoria en la lista de las grandes fortunas refleja también este momento: Ratcliffe, quien llegó a ocupar el primer puesto en años anteriores, ha descendido en esta ocasión al séptimo lugar.

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