El portaaviones chino «Shandong» ha arribado al puerto de Hong Kong en un despliegue estratégico que busca reforzar el sentimiento patriótico entre los ciudadanos de la región administrativa especial. La maniobra, programada meticulosamente, coincide con celebraciones locales y ha sido interpretada como un mensaje de unidad nacional en un contexto geopolítico marcado por tensiones regionales.
Con una eslora de 315 metros y capacidad para albergar hasta 44 aeronaves, el «Shandong» es el segundo buque de su clase en la Armada china y representa un hito en la modernización de sus fuerzas navales. La visita incluirá jornadas de puertas abiertas para el público, exhibiciones estáticas de equipamiento militar y charlas sobre el desarrollo tecnológico de la defensa nacional.
Analistas internacionales señalan que este movimiento refuerza la narrativa de soberanía sobre Hong Kong, especialmente tras las protestas prodemocráticas de 2019. «Es una muestra de fuerza simbólica, dirigida tanto a la población local como a actores globales», comentó un experto en seguridad marítima bajo condición de anonimato.

Por su parte, las autoridades hongkonesas han destacado el valor educativo de la visita, enmarcándola en iniciativas para «fomentar el orgullo nacional». Sin embargo, grupos críticos han cuestionado el trasfondo político del evento, recordando la creciente influencia militar de China en asuntos internos.
El despliegue ha generado reacciones encontradas en redes sociales, donde algunos usuarios celebran el avance tecnológico del país, mientras otros lamentan lo que perciben como una «militarización» de la vida civil.
La escala del «Shandong» en Hong Kong precede a ejercicios navales conjuntos programados en el Mar de China Meridional, zona de disputas territoriales con varios países vecinos. Según datos oficiales, la Armada china cuenta actualmente con tres portaaviones operativos, con planes de expandir su flota en los próximos años.

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