El cine como espejo de la realidad: Ada Solomon y su trío de películas en Locarno
La industria cinematográfica europea vive un momento de ebullición creativa, y una de sus protagonistas indiscutibles es la productora rumana Ada Solomon. Con tres películas en competencia en el Festival de Cine de Locarno, Solomon demuestra una vez más su olfato para proyectos que desafían convenciones y exploran temas urgentes.
Una de estas cintas es Drácula, del director Radu Jude, conocido por su estilo irreverente y mordaz. El filme, que reinterpreta el mito del vampiro desde una perspectiva contemporánea, ya ha generado expectación por su enfoque crítico y su narrativa audaz. En contraste, God Will Not Help, de Hana Jušić, sumerge al espectador en una comunidad aislada de pastores croatas, donde una mujer chilena trastoca su orden social al reclamar un lugar entre ellos.

El tercer proyecto, Sorella di Clausura, dirigido por Ivana Mladenović, mezcla humor negro y melodrama en una historia sobre dos mujeres cuyos mundos chocan de manera inesperada. Según Solomon, aunque las tres películas son muy distintas, comparten una misma esencia: la exploración de relaciones humanas en contextos de conflicto y transformación.
Desde el telón de acero hasta la pantalla global
La trayectoria de Solomon está marcada por su interés en historias que reflejan las tensiones sociales y políticas de Europa del Este. "La transición del comunismo al capitalismo dejó heridas abiertas, pero también enseñanzas", comenta la productora. Películas como Do Not Expect Too Much From the End of the World (también de Jude) ya habían abordado esta herida generacional con ironía y crudeza.
Ahora, en medio de una crisis global que exige diálogo, Solomon ve en el cine una herramienta para cuestionar discursos dominantes: "Vivimos en un mundo de verdades a medias, donde el arte puede generar empatía y reflexión". Su próximo proyecto, Small Expectations, indagará en el auge del extremismo político en Rumania, un fenómeno que resuena en toda Europa.
El futuro: nuevas voces y miradas
Más allá de Locarno, la agenda de Solomon incluye I Met Her, de Alina Șerban, un relato sobre resiliencia desde la perspectiva romaní, y The Price of Gold, una ambiciosa exploración del mundo del baile de salón como metáfora de identidad y competencia.
Con casi un centenar de producciones en su carrera, Solomon sigue priorizando el valor artístico sobre el comercial: "No se trata de dinero, sino de historias que nos interpelen. Ese es el poder del cine". Su presencia en Locarno, con tres películas en liza, no hace más que confirmar su lugar como una de las productoras más influyentes del cine de autor contemporáneo.
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