En las carreteras, encontramos dos tipos de plantas: aquellas que son colocadas por los ayuntamientos en rotondas, pasos de peatones e intersecciones, y las que adornan extensos tramos de autopistas. La pregunta que surge es por qué invertir recursos en el cultivo de plantas en estos espacios. La vegetación que permanece verde en pleno agosto en el secano manchego es la adelfa, una planta venenosa pero de gran utilidad para los conductores, especialmente durante la noche cuando encienden las luces.
En el ámbito de la seguridad vial, las plantas que se encuentran en las carreteras no están ahí solo por motivos decorativos, sino que cumplen múltiples funciones. El Ministerio de Transportes establece en su «Manual de Bosques Plantados en los Alrededor de las Carreteras» una serie de características que las plantas deben poseer para cumplir con objetivos concretos y ayudar a los conductores.
Al momento de seleccionar las especies para estas plantaciones, es crucial considerar su resistencia a enfermedades y plagas con el fin de minimizar el mantenimiento requerido. Asimismo, se desaconseja plantar árboles frutales por los riesgos que representan una vez que los frutos maduran. Por tanto, las plantas en las carreteras deben actuar como pantalla antideslumbrante, cortavientos y guía óptica, según las directrices del Ministerio.

En cuanto a los estándares de las semillas utilizadas, se espera que se base en una mezcla que incluya plantas que crezcan rápidamente, con sistemas de raíces densos y profundos, requisitos mínimos de suelo, clima y mantenimiento, además de ser duraderas en el tiempo y asequibles en el mercado. Es fundamental que las plantaciones se basen en especies autóctonas, siguiendo las pautas establecidas por el Ministerio de Transportes.
La adelfa, cuyo nombre científico es Nerium Oleander, destaca por su capacidad de adaptación a diversas condiciones climáticas y su resistencia a suelos salinos, áridos y ácidos. Esta planta perenne con un follaje denso ayuda a evitar el deslumbramiento durante la noche y actúa como guía visual en las carreteras, además de brindar protección contra el viento y aislamiento acústico, cumpliendo así con las directrices gubernamentales.
Además de sus beneficios viales, la adelfa también contribuye a la absorción de dióxido de carbono, y se ha demostrado que tiene la capacidad de realizar esta función de manera efectiva. Por otro lado, es importante tener en cuenta que, a pesar de sus múltiples ventajas, las adelfas son extremadamente tóxicas para humanos y animales, lo que puede representar un riesgo en determinadas situaciones.
En países como Alemania, se han implementado iniciativas que incluyen la instalación de paneles solares en las carreteras y los carriles adyacentes, aprovechando así el espacio disponible de manera creativa para reducir el ruido, el deslumbramiento y generar energía renovable. Tales proyectos demuestran la versatilidad y el potencial de la vegetación en entornos viales para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia energética.
En definitiva, las adelfas en las carreteras cumplen una función vital más allá de su aspecto ornamental, contribuyendo a la seguridad vial, la absorción de dióxido de carbono y la generación de energía renovable. Su presencia, aunque conlleva ciertos riesgos, representa una solución innovadora y eficaz para optimizar el espacio y promover un entorno vial más sostenible y seguro para todos.

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