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Agnieszka Holland desvela su visión del universo kafkiano en ‘Franz’

Agnieszka Holland rescata a Kafka del olvido con su última película Franz

La cineasta polaca Agnieszka Holland, conocida por su firme compromiso con historias de resistencia frente a la opresión, vuelve a deslumbrar con su nueva producción, Franz, un filme dedicado al escritor checo Franz Kafka. Lejos de ser una biografía convencional, la cinta se sumerge en el universo fragmentado del autor, mezclando episodios reales con elementos de su obra literaria y reflexionando sobre su legado como ícono cultural.

Holland, nominada tres veces al Oscar y ganadora del premio del jurado en Venecia por Green Border, aborda este proyecto con una mirada íntima. Su conexión con Kafka se remonta a su adolescencia, cuando descubrió su obra durante sus estudios en Praga. En 1981, adaptó El proceso para la televisión polaca, una experiencia que marcó su carrera. "Siempre lo he visto como un hermano menor frágil al que debía proteger", confiesa la directora.

Kafka en el siglo XXI: ¿Por qué sigue vigente?

Para Holland, la relevancia de Kafka hoy es incuestionable. "Sus preguntas sin respuesta sobre las estructuras que gobiernan nuestras vidas—políticas, religiosas, filosóficas—resuenan ahora más que nunca", explica. El creciente sentimiento de alienación entre las nuevas generaciones, sumado a sistemas opresivos que parecen incomprensibles, hace que la obra del autor checo encuentre un eco particular en la actualidad.

El filme, que tuvo su estreno mundial en el Festival de Toronto y competirá en San Sebastián, opta por una narrativa no lineal, reflejando la esencia del universo kafkiano. Holland evita caer en los clichés del biopic tradicional y, en su lugar, construye un mosaico de escenas que entretejen la vida del escritor con pasajes de sus relatos, como En la colonia penitenciaria, elegido por su visión profética sobre la violencia institucional. "Es una metáfora de la crueldad burocrática que hoy vemos renacer", señala la directora.

Un Kafka humano, lejos del mito

Uno de los mayores desafíos fue encontrar al actor ideal para encarnar a Kafka. Idan Weiss, un joven desconocido del teatro alemán, capturó la esencia del escritor con una interpretación que Holland describe como "caracterizada por su rareza, su humor y una sensibilidad única". La elección de Weiss no solo se basó en su físico o en su herencia judía, sino en su capacidad para transmitir la complejidad emocional del autor.

Holland también reflexiona sobre la paradoja de Kafka como figura comercial. "Lo habría horrorizado convertirse en un imán turístico o en una marca", comenta. Sin embargo, reconoce que su humor ácido y oscuro—a menudo pasado por alto—podría haberle hecho ver cierto absurdo en su propia fama póstuma.

¿Qué sigue para Holland?

Tras Franz, la directora ya vislumbra su próximo proyecto: una película sobre Jerzy Kosiński, el escritor polaco-estadounidense cuya caída en desgracia y posterior suicidio en 1992 plantean preguntas incómodas sobre la fama y la cancelación. "En cierto modo, fue un nieto espiritual de Kafka, aunque con un ego muy distinto", concluye.

Con Franz, Holland no solo rinde homenaje a un autor eterno, sino que invita al espectador a cuestionar las estructuras que definen nuestro mundo. Una cinta necesaria para tiempos convulsos.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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