Derechos de ‘Akira’ quedan libres tras salida de Warner Bros

Los derechos de ‘Akira’ vuelven a Kodansha tras dos décadas de desarrollo fallido en Hollywood

La esperada adaptación live-action de Akira, el clásico de la ciencia ficción japonesa, ha vuelto a dar un giro inesperado. Tras más de veinte años en manos de Warner Bros., los derechos de la obra han revertido a su propietario original, la editorial Kodansha, dejando el camino libre para que otros estudios y plataformas digitales presenten sus propuestas. Fuentes cercanas al proyecto señalan que ya hay productores y talentos destacados mostrando interés en revivir esta icónica historia.

El manga, creado por Katsuhiro Otomo en 1982, se convirtió en un referente del cyberpunk y alcanzó fama mundial con su adaptación animada en 1988. La película, considerada una obra maestra del cine de culto, no solo marcó un hito en la animación para adultos, sino que también llevó la cultura japonesa a una audiencia global.

Warner Bros. adquirió los derechos en 2002 con la intención de llevar Akira a la gran pantalla en formato live-action. Sin embargo, el proyecto se vio envuelto en uno de los desarrollos más turbulentos de la industria. Inicialmente, el estudio confió en Stephen Norrington, director de Blade, y en el productor Jon Peters. Pero tras el fracaso de La Liga de los Hombres Extraordinarios, el proyecto perdió impulso. Con los años, se incorporaron figuras como Leonardo DiCaprio como productor y se barajaron nombres como Taika Waititi para dirigir, sin que ninguna de las versiones cuajara definitivamente.

El camino estuvo plagado de obstáculos: disputas presupuestarias, acusaciones de whitewashing —especialmente cuando se planteó trasladar la trama de Neo-Tokyo a una ficticia Nueva Manhattan— y múltiples intentos fallidos de preproducción. En 2012, el estudio llegó a paralizar el rodaje en Vancouver para replantearse el enfoque, con un presupuesto inicial de 90 millones de dólares y actores como Garrett Hedlund y Kristen Stewart en conversaciones. La versión de Waititi, anunciada con entusiasmo en 2017 y con planes para un elenco enteramente japonés, tampoco logró materializarse debido a los compromisos del director con otras producciones.

La trama de Akira, ambientada en un Tokio postapocalíptico, sigue a Tetsuo, un joven motero que descubre habilidades telequinéticas que podrían destruir el mundo, y a su amigo Kaneda, la única persona capaz de detenerlo. La riqueza visual y narrativa de la obra ha mantenido su relevancia durante décadas, pero su adaptación al cine realista sigue siendo un desafío pendiente.

Este movimiento se suma a otros casos recientes en los que propiedades cinematográficas destacadas han cambiado de manos, como los derechos de Texas Chainsaw Massacre o las historias de Jason Bourne. Mientras Akira busca un nuevo hogar, los seguidores de la saga pueden recordar una de sus frases más emblemáticas: "El futuro no es una línea recta. Está lleno de cruces de caminos. Debe haber un futuro que podamos elegir por nosotros mismos".

Ahora, la pregunta es qué estudio o plataforma tomará el relevo y, sobre todo, si logrará honrar el legado de una obra que ha definido generaciones. La industria y los fans estarán atentos.

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