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El legado del actor de ‘Gemelos del mal’ perdura y redefine el cine de acción.

El actor británico Damien Thomas, conocido por su papel como el vampiro Conde Karnstein en el clásico de terror de Hammer Films, Twins of Evil (1971), falleció el 18 de abril en un hospicio de Wilshire, Inglaterra, a la edad de 83 años. La noticia, confirmada por su hija Phoebe Court-Thomas a diversos medios de comunicación, marca el final de una carrera prolífica que abarcó cine, televisión y teatro.

Thomas, nacido en Ismailia, Egipto, el 11 de abril de 1942, se formó en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art de Londres, obteniendo becas y el reconocimiento de la medalla del director al graduarse a los 25 años. Su incursión en el séptimo arte comenzó con un pequeño papel en Julius Caesar (1970), compartiendo elenco con leyendas como John Gielgud, Charlton Heston y Jason Robards, consolidando su temprana asociación con producciones de renombre.

Su filmografía posterior revela una versatilidad notable, participando en películas tan diversas como Henry VIII and His Six Wives (1972), Tiffany Jones (1973) y The Message (1976). El actor también poseía una habilidad para encarnar personajes de orígenes étnicos variados, interpretando a franceses, griegos e italianos con igual convicción, demostrando su compromiso con la interpretación y su capacidad para superar las limitaciones impuestas por el encasillamiento.

La crítica especializada ha destacado su papel en la miniserie Shogun (1980), donde interpretó al sacerdote portugués Padre Alvito junto a Richard Chamberlain, y su inquietante encarnación de Richard Mason en la adaptación de la BBC de Jane Eyre (1983). Estas actuaciones, cargadas de matices y profundidad psicológica, evidenciaron un talento que trascendía los límites del género.

Aunque el actor lamentó en el pasado la recepción crítica y comercial de Pirates (1986), dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Walter Matthau, años después revisó su opinión, atribuyendo el fracaso no a su propia actuación, sino a las decisiones interpretativas de Matthau y al ritmo desigual de la película. Este episodio revela la autocrítica y la honestidad intelectual de un intérprete que siempre estuvo dispuesto a examinar su propio trabajo con rigor.

Más allá de su presencia en el cine, Thomas dejó una huella significativa en la televisión británica, con apariciones memorables en series como The Return of Sherlock Holmes y Poirot. Su participación en miniseries de la BBC, como The Talisman y Beau Geste, contribuyó a consolidar su imagen como un actor de carácter, capaz de otorgar credibilidad y profundidad a sus personajes.

Damien Thomas deja tras de sí un legado artístico que abarca más de cinco décadas de dedicación al arte interpretativo. Le sobreviven su esposa Julia, sus hijos Dom, Maud y Phoebe, y sus tres hijastros, Kirsty, Hannah y Gabe. La industria cinematográfica y televisiva ha perdido a un profesional versátil y un intérprete talentoso, cuya contribución será recordada por generaciones de espectadores.

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Escrito por Redacción - El Semanal

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